Celebración de la resistencia en escena

Son ya cuarenta y dos años, pero el eco de la celebración de las cuatro décadas de la compañía vallisoletana llega hasta estos días, con la aparición de una obra que celebra la «resistencia» en escena de una formación que empezó con adaptaciones de autores contemporáneos para atribuirse después un papel irremplazable en el terreno de los clásicos y, desde hace tiempo, también en el de los títeres para adultos.

El 'libro teatro' se desarrolla en dos actos con un elenco coral en el que toman la palabra cuarenta amigos, colaboradores, compañeros, admiradores... Entre medias, un interludio de ilustraciones en óleos sobre papel de Álvaro Pedraz, que recrea y entremezcla muchas de las principales propuestas escénicas del grupo. En el epílogo, el director Javier R. de la Varga firma un texto dramático para reclamar un recinto escénico para Corsario, para que no siga «navegando asfalto», petición ya adelantada en el segundo acto por el gestor cultural Miguel Ángel Pérez (Maguil): «¡Un teatro para Teatro Corsario, YA». Con el 'Telón' final, el actual director de la compañía, Jesús Peña, traza un repaso sucinto a «una aventura más grande que la vida».

Dos premios Cervantes, los leoneses Antonio Gamoneda y Luis Mateo Díez, forman parte de la nómina de colaboradores de este homenaje a aquella osadía pergeñada por Fernando Urdiales en 1982. El primero aporta el «esperpento científico» del planteamiento de una obra escénica. El autor de las novelas sobre las que se levanta 'Celama' firma un texto en el que reconoce que la experiencia teatral supuso «otro grado de conocimiento» de la expresividad de su escritura.

Otros muchos escritores, entre ellos Gustavo Martín Garzo, Olvido García Valdés o Tomás Sánchez Santiago, además de responsables de programaciones escénicas (Manuel Jesús González Fernández, Javier Martínez o Benjamín Sevilla) periodistas, gentes de teatro y otros allegados, como el pintor Manuel Sierra o el humorista gráfico Rafa Vega, contribuyen al tributo.

Anécdotas de la vida cultural y nocturna del Valladolid de los ochenta, escenas a medio camino entre la realidad y la fantasía, felicitaciones, ánimos para mantener las velas izadas y la huella de proyectos concretos se suceden en las páginas entre el recuerdo recurrente de su director histórico, Fernando Urdiales: «Dejó una estética, la del perfeccionismo», valora el crítico Fernando Herrero para celebrar a continuación que «la unión aún sigue pese a las dificultades del tiempo».

Germán Vega, catedrático emérito de Literatura Española de la UVa, reivindica la labor de los 'corsarios' en su terreno más reconocido: «La recuperación para la contemporaneidad de los dramaturgos del Siglo de Oro», más importante que la de los estudiosos -dice-, porque «la escena es la que da la auténtica medida del teatro y la que de verdad puede probar la vigencia de los clásicos». Los títeres para adultos, que gracias al escaso texto de los montajes han llevado a Corsario fuera del ámbito hispanohablante, cosechan los halagos de los codirectores del Festival Internacional de Mimo de Londres, Helen Lannaghan y Joseph Seelig; o del programador y director de ESTE - Estação Teatral, José Alexandre Barata, que en portugués cuenta su descubrimiento de esta faceta de Corsario para concluir que el impacto de 'Celestina infernal' ha sido para él «uno de los mejores momentos vividos como espectador».

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La mirada a la trayectoria de la compañía no es solo retrospectiva, sino que se detiene en el presente y brinda por lo que queda por venir. Lo hace, entre otros, el director de la donostiarra dFeria, Norka Chiapusso: «Corsario además de recuerdos es también presente con 'Celestina infernal' (2021), en esa línea de títeres para adultos. Y es, sobre todo, futuro con 'El acalde de Zalamea' estrenada en septiembre de 2023, por ejemplo. Y sobre todo, Corsario es ese futuro garantizado por ese público fiel, confidente y cómplice que lo apoya, lo quiere y lo disfruta».