La caza arranca con una media veda que será «floja» por el calor y la sequía

La sequía, las continuas olas de calor y las cosechas de cereal malas para los agricultores también repercuten de forma negativa en la caza. Para la codorniz, la reina de la media veda, se prevé «un año francamente flojo en cuanto a la crianza y supervivencia de las polladas», advierte Iturmendi. Y es que las circunstancias meteorológicas «van a marcar» una temporada «poco esperanzadora» en cuanto a las capturas de esta especie. Y eso que la entrada de aves «fue buena». Sin embargo, «el extremo y continuado calor» ha dibujado unas «muy malas» condiciones para su reproducción, y ahora el estado del campo, donde se han recogido algo más de cuatro millones de toneladas de cereal y los rastrojos prueba que de las espigas quedó poca paja, «tampoco ayudará mucho a la permanencia» de las aves.

En las zonas más 'agostadas' serán más difíciles de ver y se concentrarán «en las zonas más frescas, dentro de lo que este año se puede llamar fresco», apunta el presidente de la Federación de Caza, después de un julio que ya ha entrado en el libro de los récord como el mes más caluroso jamás vivido en Castilla y León. Los espacios de montaña y donde hayan podido refugiarse en regadíos serán los lugares con más presencia de la especie y donde la media veda podrá brindar un mejor resultado. «Pero son zonas muy aisladas», reconoce Iturmendi. Tendrán que caminar mucho y armarse también de paciencia para volver con alguna pieza. Difícil en la mayor parte del territorio, llegar a los 25 ejemplares por cazador y día que marca la normativa.

Mejor se prevé la temporada para la paloma torcaz y bravía, cuyo periodo de caza en esta media veda se abre el día 25, mientras que la tórtola tampoco se podrá caza este año por decisión de la Unión Europea. Desde este lunes, escopetas y munición preparada para codorniz, urraca, corneja, conejo y zorro. Junto a ellos, los perros, los «fieles compañeros» que son «clave» para la caza de la perdiz, subraya Iturmendi, quien incide en que en un estío de calor como éste deberán «extremar» aún más las precauciones y el cuidado de los canes.

«En años como éste hay que apretarse el cinturón» en las jornadas que se sale de caza, asume el presidente de la Federación, quien defiende la concienciación del sector con la práctica cinegética sostenible. «La caza tiene que ser racional y razonable», subraya. «Cuando vienen años buenos se puede cazar un poco más, y en años como éste »reducir los días, las horas, las jornadas« en las que salen en busca de piezas que colgarse, reconoce Iturmendi, a la vez que defiende la labor que durante »todo el año« los cazadores realizan en el campo «poniendo comederos y bebederos» para los animales «sin que haya desastres naturales». También lo hicieron a finales de julio, cuando el fuego arrasó parte de la Reserva Natural de caza de la zamorana Sierra de la Culebra. Otro escollo para la práctica cinegética, pues en los terrenos calcinados no se puede cazar, recuerdan desde la Federación, desde donde llaman a los cazadores a extremar la prudencia y estar muy alerta ante el elevado riesgo de incendios.

«Es un año excepcional en todo, por desgracia, y de forma negativa«, reconoce el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, con la confianza de que las circunstancias que marcan este 2022 no se repitan y »se quede en el recuerdo« de una temporada de caza que asumen será »floja«.