Castilla y León, en 'estado de alarma' ante el riesgo extremo de más incendios

El fin es reducir al mínimo la posibilidad de fuegos porque «cualquiera» tendría en el actual escenario de ola de calor los ingredientes para «desarrollar comportamientos convectivos con condiciones de propagación extremas y virulentas, fuera de la capacidad de extinción durante largas fases del día e incluso de la noche». La jornada de hoy ha sido una demostración de esas complicaciones, con una sucesión de incendios en varias provincias cuyo control se iba dificultando a lo largo del día y o bien requerían de más de doce horas de extinción, afectaban a una masa arbolada de más de 30 hectáreas o forzaba cortes de tráfico por su rápida propagación. De 35 incendios activos, seis ha alcanzado de la declaración de gravedad en nivel 1 o 2.

Ha sido el caso del originado en la localidad segoviana de Navafría, donde se ha tenido que cerrar a la circulación la N-110 por la cercanía del fuego. En este caso, el viento ha acompañado a mediodía y arrastrado el fuego en dirección contraria a la sierra, lo cual habría complicado la extinción al haber entrado en juego una abundante vegetación que bajo altas temperaturas hace de combustible acelerante. Entrada la tarde, ha tenido que desalojarse Torre de Val de San Pedro de forma preventiva por las llamas, de nivel 2.

En Zamora, en el municipio de Figueruela de Arriba un nuevo fuego volvía a poner en jaque la Sierra de la Culebra. Declarado de nivel 2 por «riesgo para las personas», a primera hora de la tarde ha puesto el alerta a varias localidades y ha tenido que procederse al desalojo parcial de Villarino de Manzanas. El resto de la localidad ha quedado confinada y la vecina de Río Manzanas, en aviso. Todo ello en uno de los extremos del enclave zamorano que justo este sábado hace un mes comenzó a prender por una tormenta seca que descargó múltiple rayos abriendo once focos en el corazón del espacio natural. Mas de 25.200 hectáreas después aún no se ha dado por extinguido.

En Salamanca continúan sin ser controlados los dos grandes incendios localizados en Monsagro (nivel 2)y Candelario (nivel1), pese a que un día antes llegaron a estar sin llama. El primero de ellos, tras arrasar con más de 2.100 hectáreas de la Sierra de Francia ha motivado dos nuevos desalojos, de Guadapero y Morasverdes, por la proximidad de las llamas. Con resignación y tristeza, los vecinos han hecho unas pequeñas maletas y partido, algunos no sin antes plantar resistencia. «He estado viendo toda la noche las llamas del incendio en la colina que está al lado del pueblo y voy a intentar irme lo más tarde posible», comentaba una ganadera. Al final, ha sido «la penúltima», informa Ical.

Mientras en la vertiente cacereña en la que se originó el incendio el día avanzó con relativa tranquilidad, las llamas cobraban hoy fuerza en la zona salmantina a la que llegaron el lunes procedentes de Las Hurdes y «nuevamente se complicaron». Se había logrado estabilizar dos veces el perímetro, pero se abrieron dos «lenguas». Una de ellas es la situada hacia la zona de Morasverdes (Salamanca) que se atajaba con cortafuegos, medios aéreos, máquinas y con «mucho» personal de tierra. En la otra, preocupaba La Alberca, además de un flanco en la zona de Las Batuecas en la que se procura proteger el monasterio de San José que fue desalojado, según ha explicado el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez Quiñones, a Ep desde el puesto de mando de El Maíllo, al que ha acudido junto al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, quien ha querido dar las «gracias a todos los que trabajan sin descanso en la lucha contra el fuego» y ha comprometido que «pondremos todos los medios para la recuperación natural, social y económica de todas las zonas afectadas».

Con menor gravedad, pero con un trabajo también a contrarreloj destacaron ayer las labores en Navalonguilla, en la provincia de Ávila, donde se ha declarado nivel 1 de gravedad por previsión de más de 12 horas de trabajo para su control. Las condiciones meteorológicas extremas ha complicado el incendio en una zona de difícil acceso. Y en la provincia de León, otros dos incendios en Barjas y Villafranca del Bierzo han tenido que ser categorizados con el mismo rango de riesgo por su afección a superficie arbolada. Ambos han tenido como origen los temido rayos que están protagonizando la actual campaña de incendios y que podrían seguir haciéndolo en cuanto a que se temen nuevas tormentas secas con poca cantidad de precipitación, pero con posibilidad de rayos y rachas fuertes de viento.

Con esta previsión y bajo la declaración de «alarma» por fuegos la Junta receta restricciones y suspende, así, autorizaciones de uso del fuego y fuegos artificiales, prohíbe las barbacoas y los ahumadores y restringen los trabajos en el monte y en la franja de 400 metros de terreno que lo circunde con cosechadoras empacadoras, desbrozadoras o cualquier otra maquinaria que genere deflagración o descargas eléctricas.