Carlos Moro: «Castilla y León tiene unas denominaciones fantásticas»
Apasionado del vino por tradición y devoción, la suya es una trayectoria de éxito cuajada a base de «trabajo, prueba e investigación»
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Iniciar sesiónCon 16 Carlos Moro (Valladolid, 1953) «casi» se escapó de casa para ir a Burdeos (Francia). Lo recuerda con precisión y una pasión por el vino que ha ido madurando aún más con el paso de años. «Trabajo, experimentación, prueba, investigación», su forma de ser ... y de actuar. «Particularmente, me encanta», confiesa este ingeniero agrónomo de profesión, funcionario de carrera, viticultor, enólogo, bodeguero y apasionado del vino por convicción, con una trayectoria en la que ha cosechado un buen racimo de reconocimientos, al que hace unas semanas sumaba el concedido por Empresa Familiar Castilla y León a la familia Moro González, fundadora y propietaria de Bodegas Familiares Matarromera. Uno más que espera que no sea el último, a la vez que ve con «una satisfacción enorme» cómo el legado que heredó de sus padres y abuelos tiene continuidad en sus hijas, Paloma y Beatriz, ya al frente de sendas empresas en un grupo con que ya tiene once bodegas en siete denominaciones de origen, con ya 850 hectáreas de viñedo en Castilla y León (Ribera del Duero, Rueda, Toro y Cigales) y también en La Rioja y Galicia (Ribeiro y Rías Baixas), que exportan a 80 países.
Hijo, nieto, biznieto de bodegueros. Ha conseguido el relevo generacional, sus dos hijas están al frente de sendas bodegas, pero ¿cómo se logra, porque es uno de los problemas de las empresas familiares?
Siempre he tratado de darles participación en las empresas y lo bonito es que han decidido libremente que quieren dar continuidad al legado de su familia. Es notorio que muchas empresas familiares tienen este escollo, esta dificultad, y no estamos ausentes de la generalidad y nos preocupa la sostenibilidad familiar.
Es un sector ancestral, pero también está marcado por la innovación. ¿Es posible seguir innovando?
Absolutamente. No sólo es posible, es absolutamente necesario. Dada mi trayectoria profesional anterior, he visto el valor de la investigación. Hemos dedicado muchos recursos. Creamos el primer departamento potente de I+D en Castilla y León y en España y hemos investigado muchísimo y seguimos porque cada día aprendemos más.
¿Sin innovación hubiesen podido llegar donde están?
Seguramente, no. Nos citan casi todas las semanas en algún artículo científico porque hay varias cosas en las que hemos sido y somos pioneros, como la extracción de polifenoles, caracterización y extracción y aplicación de los polifenoles y la deconstrucción molecular tanto de la uva como del vino. Y eso nos permite construir con solidez, garantía, respeto al producto cosas nuevas, poder hacer mejores vinos tradicionales.
La familia Moro González, de bodegas Matarromera, premio Empresa Familiar de Castilla y León
ABCEl jurado destaca su «decidida» apuesta por la sostenibilidad y el fomento del empleo de calidad en el entorno rural
En su día a día aplican la sostenibilidad. ¿Es un principio básico?
Absolutamente, pero también hace 20 años, cosa que no era habitual. Aquí se instalaron las primeras placas fotovoltaicas. Vimos que era una extraordinaria manera de reducir el consumo eléctrico, y también por sostenibilidad geoestratégica, como se ha visto una guerra de Ucrania. El primer proyecto integrado de desarrollo sostenible de una bodega en el mundo fue Emina. Reciclamos la materia prima, la madera, los sarmientos, de la uva estaremos polifenoles... Inventamos la economía circular y ya hablamos de la economía esférica.
¿Con el cambio climático hay que asumir que las cosechas van a ir a menos cantidad?
En general puede haber un poquito menos de cantidad. Si se dan situaciones como este año y el anterior, y además puede haber restricciones de agua, evidentemente va a afectar. Ya ha afectado. Este año la producción de vino a nivel general de España y del mundo es algo menor. Aunque siempre nuestro parámetro es la extrema calidad.
Se habla de la inteligencia artificial. ¿Qué puede aportar al mundo del vino? ¿Y puede suponer riesgos?
Creo en esa tecnología y en la aplicación aquí. De hecho, ya estamos en vías de aplicarlo aquí. No voy a explicar cómo ni por qué. Nos cuesta más, porque hay gente muy preparada en la uva, en la elaboración, en el vino, enólogos... pero no especialistas en inteligencia artificial. Pero lo que tenemos que hacer. Lo tengo clarísimo y lo haremos.
¿Se conoce y se valora por la sociedad y en el ámbito político al sector agrario?
Por algunas partes de la sociedad muy involucrada, sí. Pero ¿que se conozca? Pues ya no tanto, porque no somos capaces de transmitirlo. En el caso de los políticos, sí a nivel de calificarnos, pero a la hora de poder facilitar las cosas para que sean más lubricados los procesos de apoyo, no tanto.
Están en el entorno rural y uno de sus problemas es la despoblación. ¿Sufren falta de mano de obra?
Totalmente. El grupo Bodegas Familiares Matarromera ha sido absolutamente determinante para esta zona. Somos de los mayores empleadores. Estamos casi permanentemente en una selección de personal y cada vez vamos teniendo más problemas porque hay menos gente y han bajado las personas que van a la universidad en algunas carreras. Por tanto, es un problema.
¿Cómo convencer de las posibilidades de vida y trabajo en un pueblo?
Si se animan a estar con nosotros, se darán cuenta de lo que hay y que pueden hacer una carrera extraordinaria, equiparable a cualquier lugar puntero del mundo. Tenemos afortunadamente tecnología, aunque nos cuesta un poco la comunicación porque no tiene la velocidad adecuada, pero estamos conectados con cualquier parte del mundo. Da igual estar en Nueva York o en Madrid o en Valladolid o aquí en Valbuena. Pero con una diferencia, esto es una gozada. Tienes un carrera y un potencial y un futuro muy bueno. Hace falta más vivienda, más avance de la Administración para que proporcione los servicios sanitarios, educación... mejoras para que podamos estar al mismo nivel. El que viene aquí se suele enamorar y solo, a veces, cambia.
¿Cómo situaría a Castilla y León en comparación con otras comunidades en cuestión vitivinícola?
Yo la sitúo a la cabeza. Absolutamente. Castilla y León tiene unas denominaciones fantásticas, ha hecho un esfuerzo enorme de inversión, de creación de bodegas todas punteras, de actualización tecnológica, de prurito y pundonor por hacer los mejores vinos. Hay muchas ganas. Y de acompañar las bondades y las bendiciones que nos ha dado esta tierra, que es muy adecuada para hacer grandes vinos. Castilla y León es mi ojito derecho.
También han dado el salto a otras actividades como el enoturismo, aceite… ¿Es indispensable la diversificación para sobrevivir?
La parte de enoturismo, sí. Es muy, muy, muy, muy conveniente. Es una ventaja dar a conocer los vinos, las bodegas, cómo se elabora y la cultura del vino.
En la Unión Europea ha planeado la idea de catalogar a los vinos al mismo nivel que otras bebidas alcohólicas espirituosas, ¿Qué supondría para el vino?
Un error de la Unión Europea porque el vino no es lo mismo que otro tipo de bebidas, no tiene nada que ver con los destilados. El vino es un producto natural, alimentario. Así está definido en estatuto del vino. Ha sido tradicionalmente un alimento y hay que tomarlo como tal. También con cierta moderación.
¿Y lo está defendiendo con una posición firme el Gobierno de España en la Unión Europea?
No estoy metido en esos terrenos más políticos. Pero creo que en general, sí, porque está muy de la mano siguiendo los criterios de la Federación Española del Vino. Sabe que en este momento hay también otras voces que están hablando de forma diferente, que puede ser malo para la salud o que no es conveniente, y a veces con un criterio estricto por decir talibán. Y eso no es lo conveniente para un país vitivinícola 100% como es España y Europa. Hemos investigado mucho y trabajado en la aplicación de los contenidos del vino para darle ese valor nutricional o para la salud. Hay muchas horas y millones de euros dedicados.
¿La actual situación política frena inversiones?
Cualquier situación política que cree incertidumbre o indefinición siempre afecta a la economía. No digo por nosotros. Nuestra actitud va a ser seguir invirtiendo, pero evidentemente estoy metido en muchas organizaciones y mis colegas se sienten un poquito indecisos en la toma de decisiones si requieren fuertes inversiones, si no saben si van a tener afectaciones laborales, fiscales, de impuestos, administrativas de restricciones, sanciones, inspecciones... Somos partidarios de todo control, pero si se vuelve más allá de normal rutinario, preocupa, ocupa tiempo y retrae al empresario.
¿Se han sentido perseguidos, criminalizados como empresarios?
Nosotros, a nivel de empresa, no. En ese sentido soy bastante claro también: no lo admito. Hacemos las cosas perfectamente, como hay que hacerlas y con toda la ilusión, trabajo, esfuerzo para ayudar y para crear en esta sociedad. Como humanos, nos podemos equivocar o tener algún un error. Por tanto, no lo admitimos. Nadie puede permitirse el lujo de poder decir ni una palabra más alta que otra a no ser que sea positiva.
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