La cápsula de seguridad de Sánchez evitó que recibiera un golpe directo

La mayor parte de los que atacaron al jefe del Ejecutivo eran ultras de los grupos citados, según las mismas fuentes, y alguno de ellos forma parte de las facciones de estas organizaciones en la Comunidad Valenciana, pero en otros se trató de elementos llegados desde otros territorios. Ahora se investiga si todos o alguno de los implicados fueron allí sólo a protagonizar incidentes o bien viajaron antes y participaron en algún trabajo de limpieza.

La mayor parte de los que participaron en las violentas protestas fueron vecinos indignados por el abandono que han sufrido en los seis primeros días desde la tragedia y los elementos de extrema derecha centraron su ira sobre el presidente del Gobierno, que como se ha señalado no llegó a sufrir un impacto directo, al contrario que uno de sus escoltas.

En ese momento, como es lógico, su cápsula de seguridad, que actuó con la máxima profesionalidad en todo momento, decidió sacarlo de la zona para evitar males mayores, aunque los agresores aún tuvieron tiempo de golpear uno de los vehículos de la escolta, que sufrió la rotura de uno de sus cristales y algún otro daño en la carrocería.

La duda que se plantea en estos momentos es si las agresiones estaban preparadas y hasta qué punto. Fuentes del caso explican a este periódico que la organización era mínima y no iba más allá de un intercambio de mensajes por Telegram una vez que se supo que se iba a producir la visita. Eso sí, sabían que, en cuanto comenzasen a actuar, parte del resto de los ciudadanos, indignados como están, se iban a sumar. El ministro Marlaska, por su parte, habló este lunes de «mínima organización» de los violentos.

A última hora de este lunes no se había informado de detención alguna en relación con estos hechos, aunque fuentes de la investigación explicaron que en no mucho tiempo habrá detenidos. Las pesquisas las lleva el Servicio de Información de la Guardia Civil, aunque cuentan con el apoyo del Grupo de Delitos Telemáticos, que analiza el tráfico de mensajes en las redes sociales.

Desde un principio los investigadores se han centrado en el análisis de la multitud de imágenes de estos sucesos, lo que sirve tanto para identificar a los participantes como para poder atribuir luego a cada uno de ellos hechos concretos.

Del caso se ha hecho cargo el Juzgado de Instrucción número 3 de Torrent, en funciones de guardia, que recibió, este lunes, un atestado de la Guardia Civil relativo a los incidentes y ha incoado diligencias previas para investigar estos hechos. Entre los delitos que analiza el magistrado están los de atentado a la autoridad, desórdenes públicos y daños, por los derivados de los desperfectos en los vehículos oficiales.

Fuentes consultadas por ABC explican que en lo sucedido ha tenido algo que ver los bulos difundidos a lo largo de estos días, de los que incluso alertó el propio Rey a alguno de los ciudadanos con los que pudo hablar el domingo. Entre ellos, por ejemplo, un mensaje en el que se podía ver una caravana de coches de la Policía y que se identificaba como el dispositivo de seguridad con el que Felipe VI se movía por la Comunidad Valenciana. A pesar de que pronto se aclaró el burdo montaje, este tipo de noticias falsas contribuyen a aumentar la crispación entre los damnificados.

Respecto a la oportunidad o no de la visita, las fuentes policiales consultadas explican que lo inoportuno fue que a los Reyes les acompañasen Sánchez y Mazón, las dos autoridades sobre las que se centra la indignación ciudadana por el fracaso evidente a la hora de gestionar la crisis. «La mayoría de la gente entiende que Don Felipe y Doña Letizia no tienen responsabilidad alguna en lo que ha sucedido y, aunque hubiese habido alguna protesta, es muy posible que no se hubiese llegado a lo que finalmente ocurrió», concluyen esas fuentes.