Un campo «en la UCI» urge ayudas: «Nos estamos jugando el futuro»

Con una explotación de cereales de secano, la falta de lluvias por segundo año consecutivo apenas ha permitido crecer las espigas y engordar el grano, que además adolece de «precios muy bajos» en el mercado y una sementera de «costes disparados, los más altos de la historia». «Con tal de tener para pagar las facturas y las deudas, vamos tirando», asume esta pareja, incorporada al sector hace unos diez años y a quien sus mayores reconocen que nunca vivieron un «año tan malo» como éste «desastroso» 2023. Admiten que en más de una ocasión han pensado «en tirar la toalla», aunque la posibilidad de compaginar el trabajo en el campo y el cuidado de los niños mantiene sobre todo a Raquel en las tierras. «¡Y que nos gusta el pueblo!», de 30 habitantes, recalcan.

Un medio rural que vive en buena parte de la agricultura y la ganadería, un sector del que «depende el 20%» del PIB (Producto Interior Bruto) de Castilla y León, y que no puede más. Por eso han salido a la calle para pedir «auxilio» a las administraciones, desde la Unión Europea al Gobierno central y la Junta. «El campo está en la UCI», ha clamado el dirigente de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, quien ha alertado del riesgo de que «muchas explotaciones» no logren sobrevivir.

Según los cálculos de las organizaciones agrarias, ya acumulan unas pérdidas superiores a los 2.000 millones de euros. En sus reclamaciones –han entregado sendos escritos con ellas tanto en la Delegación del Gobierno en Valladolid como en la Consejería de Agricultura– que exigen a las tres administraciones 1.000 millones de euros, «el 50 por ciento de las pérdidas», ha demandado en nombre de todos el responsable de Asaja, Donaciano Dujo. Por explotación, las pérdidas ya se cuentan «en miles de euros», ha advertido Lorenzo Ribera, de La Alianza. Demandan ayudas directas de al menos 25.000 euros por explotación, así como apoyos financieros en forma de préstamos bonificados o apoyo a los seguros.

«Reducir gastos, nada de lujos ni vacaciones... Te privas de muchas cosas«. La receta de Domingo y su mujer para mantenerse en la actividad, pese a que al mirar las cuentas ven que sus cereales »no valen nada«, el abono se multiplicó por dos... ¿Y por qué siguen? »Porque me gusta. No tienes jefes y todo el esfuerzo que haces es para ti«, reconoce este agricultor de Cubillas de Cerrato (Palencia) que también ha salido a la calle tras la pancarta 'La sequía arruina el campo. Ayudas directas y PAC flexible ya'. «Si no tenemos ayudas, no sé qué vamos a hacer...», suspiran ya pensando en la próxima campaña cuando de la que está a punto de comenzar saben que no sacarán ni para cubrir costes.

Doblemente sufre la sequía Antonio, de Hontanares de Eresma (Segovia), agricultor y ganadero de ovino, quien resopla sólo con pensar en los precios de los piensos, los forrajes y la paja escasos y «carísimos». Al menos, la últimas lluvias «me han salvado un poco», para que sus ovejas puedan pastar, aunque para los cultivos, añade Álvaro, «no ha arreglado nada».

La cosecha será «pésima en casi la totalidad» de Castilla y León. Calculan que apenas se alcanzarán los entre dos y tres millones de toneladas de grano cuando la media en la Comunidad es más del doble (unas 6,5). «Nos estamos jugando el futuro. No aguantamos más», ha subrayado Palacín ante un «problema que es un problemón». Si el campo está «muy mal», la ganadería, «peor», con profesionales «vendiendo y matando vacas y ovejas« para mantener al resto del rebaño.

Silbatos, cencerros, bombos para hacer sonar las reivindicaciones del campo en el asfalto y exigir ayudas «urgentísimas». A Europa, que ponga en marcha la reserva de crisis. «¡Qué rápido trabaja la Unión Europa para poner restricciones al campo y, sin embargo, cuánto tarda en auxiliar al sector!», ha lamentado Dujo.

Al Ministerio de Agricultura, que corrija las «totalmente insuficientes y ridículas» ayudas, acordadas de forma «discriminatoria» y con sesgo político, ya que no anota para Castilla y León las mismas cantidades que a otros territorios, pese a «sufrir» igual la sequía. Y a la Junta, que mueva de una vez ficha, pues «está dando la espalda al campo» y no ha hecho «nada» por el sector, reprocharon en una movilización que ha congregado a unas 2.000 personas según los convocantes y 1.200, según la Policía.