Caja de Ávila y Segovia desoyen a la Junta y dicen sí al SIP con Caja Madrid
P. G. ROBLEDO y | ISABEL JIMENO
Con la oposición del PP y el PSOE regionales y apenas 15 días después de rechazar Banca Cívica, los Consejos de Administración de Caja de Ávila y Caja Segovia dieron ayer el «sí quiero» al protocolo de adhesión y plan de viabilidad que abre la ... puerta a su integración en el Sistema Institucional de Protección (SIP) o «fusión fría» liderado por Caja Madrid y Bancaja, junto con las cajas Insular de Canarias, Laietana y Rioja, que también respaldaron ayer el proceso.
Según el protocolo firmado ayer, la entidad abulense tendrá una representación del 2,33 por ciento y mantiene su área de influencia en la provincia de Ávila «y tendrá responsabilidad sobre la gestión de Salamanca»; mientras que la segoviana fija su representación en el 2,01 por ciento, conserva su provincia como área de influencia y tendrá responsabilidad sobre la gestión de Valladolid. Ayer mismo se envió el protocolo de integración de este SIP al Banco de España y se concretó que el nuevo grupo pedirá al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) 4.465 millones de euros.
Las siete entidades suman unos activos de 340.000 millones de euros, lo que consolida el nuevo SIP como la primera caja de ahorros y la primera entidad en banca comercial y de empresas en el mercado nacional por volumen de negocio. El Consejo de Administración de la nueva entidad estará formado por 21 miembros mientras que la Comisión Ejecutiva la integrarán once. El presidente ejecutivo será nombrado a propuesta de Caja Madrid y el vicepresidente ejecutivo, a propuesta de Bancaja. La sede social de la sociedad central y la dirección de las sociedades participadas estará en Valencia, mientras que la sede operativa estará en Madrid.
El presidente de Caja de Ávila, Agustín González, fue el encargado de anunciar el visto bueno del Consejo de Administración al protocolo de integración por 14 votos a favor y tres en contra, un primer paso hacia el SIP con Caja Madrid cuyo contrato definitivo podría firmarse «en los primeros días de julio». En septiembre, se convocará asamblea general para, si procede, aprobarlo de forma definitiva.
«Creo que estamos perfectamente en el sitio que estábamos buscando», afirmó González, quien consideró que con este SIP se pretende que «la actividad que se haga en cada uno de los territorios sea la más acertada y que la cuenta de resultados sea buena» para «trasladarla, después, a la sociedad» a través de la obra social. Así, las sucursales de Caja de Ávila en Madrid y Talavera de la Reina (Toledo) serán ahora para Caja Madrid, aunque se podría estudiar la permanencia de la marca abulense en determinados casos, porque «hay mucho abulense en Madrid».
Mínimos recortes de plantilla
En cuanto al impacto de la fusión fría en las plantillas, González anunció que está consensuado con los agentes sociales y se debatirá en mesas específicas, si bien avanzó que pretenden que sea «el mínimo posible», a través de prejubilaciones y bajas incentivadas.
Preguntado por la oposición de la Junta a este proceso, González dijo que «en cuanto conozcan el protocolo, se quedarán convencidos» porque la unión al SIP de Caja Madrid y Bancaja traerá también «el fortalecimiento de la Comunidad». En cuanto a la propuesta de negociar una fusión con Caja Duero y Caja España, González opinó que «una vez que tienes el compromiso de confidencialidad para trabajar en este SIP», se seguirá adelante, pero «siempre con la mano tendida para ver cómo podemos fortalecer la Comunidad con lo que ellos puedan haber hecho en su fusión».
Quien se mostró muy «contento» con la «amplísima mayoría» recibida por parte del Consejo de Administración para comenzar a jugar en la «División de Honor» con la fusión fría capitaneada por Caja Madrid fue el presidente de Caja Segovia, Atilano Soto, quien destacó que las siete cajas están dispuestas a formar un «grupo consolidado» al que confió que tanto el Banco de España como la Junta de Castilla y León den el visto bueno a su plan de viabilidad y que no haya un informe negativo, pese a que, como admitió, conocía «de primera mano» el «interés solícito» del Gobierno autonómico bien para volver a la negociación con Banca Cívica o hacer un SIP con el resultado de la fusión de Caja Duero y Caja España.
«Yo he defendido sobre todo esta Caja y a los segovianos», subrayó Soto, visiblemente emocionado y con las lágrimas asomándose a sus ojos al término de las más de dos horas de reunión en la que 12 de los 17 consejeros apoyaron suscribir el protocolo de integración que ayer mismo por la tarde comunicaron al Banco de España y que esta mañana será rubricado ante la CECA. Sólo uno de los consejeros, el popular Juan José Sanz Vitorio admitió su voto en contra; Pedro Arahuetes, alcalde socialista de Segovia, se abstuvo, mientras que otros dos consejeros –Pedro Palomo, de los empresarios, y Juan Manuel de la Puente, del PSOE- no acudieron al consejo al encontrarse de viaje y Manuel Agudíez (PSOE) se tuvo que ausentar antes de la votación.
«Creo que vamos a jugar todos porque no es jugar cada uno una parte de lo que es, sino jugar todos en un grupo», destacó Soto, quien recalcó la importancia de concebir el grupo en su conjunto porque, dijo, «aunque pintemos menos por la cuota de interés en la participación de órganos de gobierno y sociedades, sin embargo, las decisiones son para favorecer al grupo, que va a mutualizar el cien por cien de sus resultados». Además, Soto destacó que en una negociación «excelente» entre las siete entidades «ha habido una serie de virtualidades que nos han hecho más grandes de lo que somos realmente».
«No incomodamos»
«Hemos subido, por mor de estar integrados en un grupo, muchísimos millones. Y desde luego, muy superiores a lo que habría supuesto Banca Cívica», subrayó, zanjando así la posibilidad de volver al proyecto en el que participa Caja de Burgos. También descartó «incomodar» a Duero y España cuando aún no han cerrado definitivamente su fusión, aunque «les abrimos un camino por si algún día merece la pena, que puede ser que sí, que se incorporen a esta gran Caja».
Atilano Soto mostró su satisfacción con la expansión territorial —uno de los puntos que frenó la posibilidad de entrar en Banca Cívica— que, según el primer borrador, corresponderá a Caja Segovia, que tendrá para ella Valladolid.
Eso sí, reconoció que «nos hubiera gustado una fórmula mejor» en cuanto a la representación en los órganos de gobierno del nuevo grupo, aunque destacó que «todas las cajas» tendrán alguna representación tanto en los consejos como de las sociedades participadas. Por su parte, el alcalde de Segovia y consejero de la Caja, Pedro Arahuetes, justificó su voto en blanco por la premura de tiempo para estudiar la documentación sobre el asunto. De hecho, propuso retrasar la votación al jueves, aunque se rechazó por la mayoría de los consejeros.
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