Cae un grupo especializado tras el robo de más de 22 toneladas de cable de cobre

Fue en el segundo semestre de 2024 cuando los agentes detectaban un «aumento» de los robos de cable de telefonía en diversos municipios de la comarca burgalesa del Arlanza, en los que llegaron a sufrir cortes intermitentes en las comunicaciones de la zona. Todo apuntaba a que detrás había un grupo especializado.

Así arrancaba una investigación que, tras meses de seguimiento y gestiones, ha permitido a la Benemérita desarticular, en el marco de la operación 'Vichituri', un grupo criminal especializado en el robo de cable de cobre.

El balance, según han dado a conocer desde la Subdelegación del Gobierno en Burgos, tres detenidos -de entre 26 y 59 años-, además de otro investigado, a los que se atribuye la sustracción de más de 22 toneladas de cableado, con un valor superior a los 140.000 euros.

Su forma de actuar siempre era la misma: elegía zonas rurales y «poco vigiladas» en las que poder hacer el corte en el cableado y llevarse el material. De ahí, «inmediatamente», según ha detallado la Guardia Civil, lo llevaban a otros enclaves también aislados donde quemaban controladamente el revestimiento exterior para quedarse con lo que buscaban: el cobre.

Y otro viaje más, para almacenarlo ya «limpio» y llevarlo a centros de tratamiento de residuos situados en otros puntos de la geografía, «para dificultar su rastreo».

No en vano, este grupo itinerante se movía mucho, pues no perpetraban el delito en sus lugares de residencia, pues aunque sus miembros han sido detenidos a raíz de una operación llevaba a cabo por la Unidad Orgánica de Policía Judicial y el equipo Roca de la Guardia Civil de Burgos, ha culminado con dos detenciones hace unos días en la Comunidad de Madrid.

Allí se producían sendos arrestos -a uno de ellos además se le imputa un delito de usurpación de identidad al haber intentado ocultar su verdadera filiación- y es el Juzgado de Instrucción de Coslada (Madrid), en funciones de guardia, el que instruye las diligencias.

Estas dos detenciones se suman a otra de un hombre que ya en noviembre fue pillado por los agentes en la provincia de Burgos con una furgoneta cargada con casi 3.000 kilos de cobre. El material llamó la atención de los guardias, pues tenía toda la pinta de que había sido sustraído. Ahora han determinado que está «directamente vinculado» con el grupo desarticulado.

Según estima la investigación, el grupo criminal llegó a sustraer 22.685 kilos de cobre, con un valor aproximado de más de 141.700 euros.