Caballar se 'moja' con sus santos frente a la sequía
El municipio segoviano se encomienda ya con varias novenas a San Valentín y Santa Engracia sin descartar la 'solución' «extrema» de optar por sumergirles para implorar por el ansiada agua
VALLADOLID
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Iniciar sesiónCon los campos deshidratados y clamando agua tras semanas y semanas en las que las ansiadas lluvias no se han dejado caer como para saciar la sed y con los termómetros disparados incluso por encima de los 30 grados cuando aún no ha acabado abril ... y a la primavera le quedan casi dos meses para dar el relevo al verano, la situación de sequía que vive España se agudiza. Si el dicho reza que llueve sobre mojado, pasa justo lo contrario: escasez que se une a la sufrida también en 2022.
Los embalses pierden agua en un abril que está lejos de hacer realidad el refrán de «aguas mil» y la necesidad del imprescindible líquido ha llevado a Caballar, un pueblo de Segovia, a iniciar el camino para implorar la lluvia, siguiendo la tradición que únicamente se repite en caso de «sequía extrema». Y éste va camino de serlo si se descuentan las precipitaciones que sí regaron la tierra desde mediados de octubre hasta entrado enero.
Pero a partir de ahí, poco o nada. Así que ya están rezando la novena por los mártires San Valentín y Santa Engracia, hermanos de San Frutos, cuyas reliquias se custodian en la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. Han sido los propios vecinos los que la han solicitado al párroco dada la situación.
La oración se prolongará hasta el día 5. Y no sólo habitantes de este municipio de menos de cien habitantes acuden a realizar sus plegarias. También de otras localidades. La novena es el primer paso para implorar el agua. El siguiente, al que no quieren tener que llegar al confiar en que las nubes descarguen antes con ganas, las conocidas 'Mojadas'.
Hace más de 20 años que fue la última –en 1992– recuerda la alcaldesa, Susana Gómez. Ese año hubo hasta dos. La primera, el 9 de mayo. Llovió, pero no fue suficiente, por lo que se repitió otra el 23. Entonces, el agua llegó, «pero la cosecha ya se había perdido por las fechas que eran». Este año, al paso que va, hay campos en los que el cereal apenas levanta un palmo.
Y son muchos los que se han acordado de las 'Mojadas' de Caballar. Eso sí, puntualiza la alcaldesa, son múltiples los «factores» que deben darse para llegar a cumplir con el rito, que ve «difícil». Primero, lo tiene que solicitar la vicaría de Turégano, en la que se enclava Caballar. Después, debe dar autorización el obispo.
¿En qué consiste? Custodiadas en una urna con dos cámaras, en la parte superior están los restos del cráneo de Santa Engracia. Abajo, los de su hermano San Valentín. Y es esa urna la que se lleva hasta la Fuente Santa para sumergirla en tres ocasiones a la vez que se rezan las correspondientes oraciones.
Puede haber hasta tres 'Mojadas'. En 1992 hubo dos. Pero para ello lo tienen que pedir otras dos vicarías, la de Fuentepelayo y Pedraza.
Desde el siglo XVI
Las primeras están documentadas en 1593. Desde entonces ha habido hasta 33 y «en todas ha llovido, excepto en tres», recuerda la alcaldesa de Caballar sobre una tradición que no quieren que se banalice por lo que únicamente se lleva a cabo en casos de sequía extrema. Aunque en este pueblo de Segovia y el entorno ya hablan de que 2023 también puede entrar en ese registro tienen claro que «¡ojalá llueva antes!».
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