Banco de leche: diez años y 400 donantes
El Río Hortega de Valladolid y el Centro de Hemoterapia centralizan un servicio regional que recoge unos 300 litros al año y permite cubrir las necesidades urgentes para bebés prematuros
Castilla y León ve un «parche propagandístico» en los fondos de Sanidad

Fue en 2015 cuando Castilla y León puso en marcha su Banco de Leche Materna. Un servicio que cumple ahora diez años y que ha ido evolucionando con el tiempo para dar a bebés prematuros o con problemas al nacimiento la oportunidad de ... tener acceso al que se considera «el mejor alimento» para los recién nacidos. En esta década se han sumado a esta altruista iniciativa unas 400 mujeres de Castilla y León que permiten ya a día de hoy cubrir, con un volumen de cerca de 300 litros y entre 150 y 160 neonatos atendidos al año, las «necesidades más urgentes» de las unidades que se encargan del cuidado de estos pequeños que llegan al mundo antes de tiempo o con algunas dificultades.
«Hay evidencias científicas de que es la alimentación óptima para ellos, más aún cuando están enfermos o son prematuros», defiende convencida una de las pediatras del Banco de Leche, Raquel Izquierdo. «Se tolera mejor que la leche de fórmula, disminuye las infecciones y mejora el desarrollo», entre otras cosas, expresa. Pero hay ocasiones en la que no se puede disponer del alimento de la propia madre, así que hasta que eso es posible el donado por otras progenitoras «puede beneficiar a estos niños».



De los 90 litros recibidos de su primer aniversario se ha pasado a esos casi 300 al año cedidos por entre unas 40 o 50 madres que pasan por el banco en un año, pero también se ha notado el «descenso de la natalidad», subraya Izquierdo. Así que el número de bebés beneficiarios ha disminuido ligeramente desde los inicios.
Los principales destinatarios del Banco son los prematuros: alumbrados antes de las 32 semanas de gestación, con un peso inferior a 1.500 gramos o los que, habiendo nacido a término, presentan complicaciones cardiacas, intestinales o de otro tipo. «Lo más frecuente es que las donantes sean mamás que tienen a sus hijos sanos en sus domicilios desde semanas o incluso meses y tienen excedente del alimento», apunta la médico.
Los hábitos
Todo arranca con una primera consulta con el equipo del Banco del Hospital Río Hortega –en Burgos atienden también a madres donantes de su propia unidad de neonatos– y una encuesta sobre hábitos, salud, medicaciones, posibles enfermedades... «No se puede donar si se toma alcohol, drogas o si hay consumo de tabaco», explica. A esto le sigue una analítica. Una vez que se da luz verde se proporciona a las interesadas todo lo necesario: extractor de leche si no disponen de él, recipientes, nevera, etiquetas y acumuladores de frío. La leche se congela y son las progenitoras –o alguien que pueda hacerlo en su nombre– las que tienen que derivarlo al Río Hortega. «Hemos tenido madres de casi todas las provincias», dice la pediatra. Pero en la Comunidad pesa la «dificultad de la geografía» y la extensión, por lo que debido a que en Valladolid, la misma ciudad en la que se encuentra el centro asistencial coordinador, el proceso es más sencillo la mayor parte de donantes proceden de ese punto. Solo en esa provincia existe, de momento, la disposición de recogida a domicilio hasta un máximo de 30 kilómetros de la capital.
Una vez llegado el alimento al hospital vallisoletano, entra en escena el Centro de Hemodonación y Hemoterapia de Castilla y León al tratarse de lo que se considera un banco «mixto». Es el organismo encargado de procesar, almacenar y analizar el alimento donado y también de hacer esa recogida casa por casa tan solo en la provincia vallisoletana gracias a su «red de transporte» y los dispositivos con los que cuenta para hacer también el traslado de sangre. «Aquí se hacen todas las pruebas para garantizar la seguridad de la leche», señala Carmen Martín desde las instalaciones ubicadas también en Valladolid. Se controla que cumple con las «condiciones», que «no se haya contaminado con nada» y se analiza la «capacidad nutritiva» calculando la composición para poder ofrecer a cada bebé «lo que necesita específicamente». Desde el centro atienden las demandas de los cinco hospitales autonómicos que disponen de unidades de neonatos –Burgos, León, Salamanca y Clínico y Río Hortega de Valladolid–. «Nos hacen las peticiones y desde aquí preparamos los biberones con lo que más se ajusta a sus necesidades», indica.
Y con eso a día de hoy se pueden cubrir las «necesidades urgentes y más necesarias», apunta. «Si tuviéramos más leche también se podría aportar para otras problemáticas más leves», dice Martín, que señala, además, que durante el año hay épocas «críticas» de donación. Precisamente el verano, que ya está encima, es una de ellas y la más problemática. Por las «vacaciones» y el calor «siempre» en la etapa estival –entre ocho y doce semanas– hay «más dificultad» para conseguir leche, resalta. «Se puede congelar y se mantiene estable durante tres meses», apunta, por lo que si «a comienzos del año» se lograsen más cesiones «tendríamos más stock» de cara al verano. Y es que «el número de niños prematuros no desciende en esa época», comenta. «Necesitaríamos una red de seguridad y garantizar un stock que nos permita cubrir necesidades en esas fechas», insiste.
Tanto Raquel como Carmen, desde los centros coordinadores del servicio, perciben que la ciudadanía está concienciada ya de su labor a lo largo de esta década. «Cuanto más gente dona, más se conoce el programa», mantiene la profesional del Centro de Hemoterapia y Hemodonación, que asegura, además, que se trata de un «acto altruista» que da «felicidad» también a las madres donantes al saber que con su solidario gesto están «ayudando a pequeños con problemas».
«Más facilidades»
No obstante, trabajarán en dar «más visibilidad» al Banco a través de redes sociales para llegar a «todas las potenciales» progenitoras porque les «sigue sorprendiendo» que tras diez años en funcionamiento aún hay quien dice que no lo conocían. Otro de los aspectos a mejorar, considera Izquierdo, es el sistema de recogida para dar «más facilidades» a las madres de las provincias. Como opciones, se trabaja en «extender» la red de recogida a domicilio en el «largo plazo» y otra posibilidad sería que los grandes hospitales pudieran recoger también el alimento, aunque sería necesario «vigilar muy bien la cadena de frío y las condiciones de almacenaje». Esa posibilidad sería quizá «la primera a valorar», pero aún no se trabaja en ello, concreta.
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