Arquímedes, una palanca para las altas capacidades
El filósofo griego da nombre al grupo creado por seis asociaciones provinciales que buscan aflorar el alrededor de un 6 por ciento de niños superdotados sin detectar
Valladolid
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Iniciar sesión«Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo». La célebre frase del escritor, astrónomo, físico, filósofo y matemático griego Arquímedes para demostrar el fenómeno de la palanca allá por el siglo III antes de Cristo sigue siendo inspiradora dos mil años ... después. Ésa es la cita que guía al grupo que han creado seis asociaciones provinciales de padres y madres de niños y jóvenes con altas capacidades para pedir, precisamente, ese respaldo para que sus hijos puedan canalizar con éxito su potencial.
Bajo el nombre del pensador griego, la nueva agrupación -aún no se han constituido como asociación ni federación- pretende que, como dice el refrán, la unión haga la fuerza y tengan juntos más peso para reivindicar ante las administraciones.
León, Burgos, Palencia, Valladolid, Salamanca, Zamora y con Segovia a punto de incorporarse son los seis territorios que buscan que este tipo de alumnado salga del «abandono» en el que, según dicen, se encuentra actualmente. «Se puede hacer mucho más y mejorar», explica la presidente de Altas Capacidades de León, Cristina Renedo.
Identificación «escasa»
Entre sus metas principales está la de sacar a la luz todos los casos de niños que poseen estas características, pero aún no lo saben. Y es que, pese a que «muchos autores consideran que un 10 por ciento del alumnado» pertenece a este grupo, en Castilla y León tan solo ha aflorado un 4 por ciento, un porcentaje que es muy inferior a nivel estatal. Además, subrayan las diferencias entre sexos: de todos los casos que están reconocidos, las alumnas suponen un 22 por ciento frente al 78 por ciento de los estudiantes.
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«Estamos mejor que otros territorios, pero la identificación sigue siendo escasa», indica Renedo, que asegura que otro de los problemas es que solo se consideran válidos para poder acceder a algún apoyo o medida los informes que «se realizan desde la administración».
Aseguran no disponer aún de datos actualizados de los menores que cuentan con esa certificación pública, pero sí reconocen que desde la Consejería de Educación se ha puesto en marcha un cribado en primero de Primaria. Según los datos de la Junta, esto ha permitido que repuntaran más de un 50 por ciento los casos. En total, en el curso 2019-2020 existían 1.136 escolares poseedores del informe público, pero son «insuficientes» para las familias.
Uno de los problemas reside en que «desde los centros educativos no siempre están dispuestos a hacer ese informe porque no tienen formación o directamente les dicen a los padres que no es necesario», indica. En una encuesta que han realizado entre 450 padres que representan a la mitad de los niños con altas capacidades, un 20 por ciento asegura que únicamente disponen de un documento privado de identificación.
Ocho de cada diez entrevistados aseguran que los equipos docentes y orientadores que atienden a sus hijos «no dispone de formación suficiente». Y ése es precisamente uno de sus caballos de batalla. «Queremos que conozcan los rasgos y características de estos niños, que puedan detectarlos a tiempo y poder trabajar con ellos de forma adecuada», expresa la presidenta leonesa. En ese sentido, valora el programa 'Detecta' de la Junta para aflorar las altas capacidades, pero pide que sean pruebas con rigor científico y «criterios objetivos» porque «si se realizan por quienes no tienen una formación adecuada, no sirve de nada, no tendrán validez».
«No sólo números»
«Las pruebas no pueden centrarse solo en un número», indica desechando la idea de que un niño de estas características «tenga que saber cuatro o cinco idiomas y ser bueno en todo». «Son personas con curiosidad por muchas cosas, pero no por impertinencia, sino porque quieren saber, conocer», recalca Renedo. También son «sensibles» y pueden ser «brillantes en un área, pero suspender en otras», mantiene.
«Si no se trabaja como se debe y necesita con ellos, desconectan mucho durante las clases porque se aburren», considera. Algo que, si se repite año tras año, puede traducirse en fracaso escolar al entrar en Secundaria.
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«A veces llegan a esa etapa sin saber lo que es el esfuerzo, sin estudiar para poder aprobar y por eso el índice de fracaso es muy alto y puede llegar incluso al abandono de los estudios», describe. La fórmula para poder evitarlo es «una mejor identificación y cuanto antes» y adaptar contenidos mediante «flexibilización» o «aceleración».
De lo contrario, los «niveles de ansiedad en un niño que se aburre pueden ser muy elevados». Hay a quienes sus «inquietudes y curiosidad» les lleva a sufrir acoso escolar y necesita «apoyo psicológico», advierte. Por fortuna, la encuesta realizada revela que estos casos han ido disminuyendo de forma importante.
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