Archivan el caso por los supuestos tocamientos de un profesor a alumnas del Lourdes de Valladolid

Tras la denuncia formulada por la Fiscalía de Valladolid se abrió el procedimiento por un posible delito contra la libertad sexual. Ante la juez, las menores se ratificaron y narraron episodios como que el profesor de matemáticas «les hacía un masaje en los hombros, (la clase era mixta y sólo se lo hacía a las chicas) llegando incluso a tocarle el pecho a una de las alumnas»; que «cuando se acercaban a la mesa del profesor para preguntarle alguna duda en clase, les cogía de la cintura y aprovechaba para tocarles y apretarles el culo y el interior de los muslos, sin llegar a sus partes íntimas;« o que a una de ellas «la había sentado en sus piernas y le habría tocado el pecho con la excusa de que se pusiera recta», además de «comentarios sexistas durante la clase, tales como «me gustan las niñas con trenzas».

Estos hechos fueron negados rotunda y categóricamente por el investigado, quien afirmó que en sus más de 37 años de ejercicio docente, jamás había recibido una queja o una imputación por parte de sus alumnos de este carácter, (de hecho aportó múltiples firmas de antiguos alumnos expresándole su apoyo). De baja médica por un trastorno de ansiedad y depresión, no pudo dar una explicación de por qué estas alumnas realizaban tales afirmaciones, recoge el auto.

«Ante versiones claramente contradictorias» y para «valorar la credibilidad» de la acusación, la instrucción recurre a los testimonios del resto de alumnos de la clase en la que sucedieron los hechos «a la vista, ciencia y paciencia». «Eran los principales espectadores de lo que acontecía en ella» y, «de haberse producido los hechos denunciados, necesariamente deberían haber visto alguna de las situaciones expuestas». «Ninguno de ellos apreció la comisión de los supuestos abusos, tan sólo alguna menor, amiga del grupo afectado, comentó su posible existencia, pero no tanto porque los hubiera presenciado», señala la juez.

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Los supuestos masajes los describieron como gestos «de cariño» sin distinción de sexo cuando se acercaba a preguntarles y les «pinzaba los hombros» y la frase de las trenzas la ubicaron cuando el profesor de matemáticas les vio hacerse ese peinado antes de un examen porque, según un vídeo de Tik-Tok, daba suerte.

En definitiva, «el testimonio de los alumnos de la clase en la que estaban las menores afectadas no avala los supuestos abusos denunciados, que no han resultado mínimamente acreditados, lo que no quiere decir que las menores hayan mentido deliberadamente», advierte la juez, que apunta en su escrito de sobreseimiento provisional que dada su edad, «al inicio de la adolescencia, con la inmadurez propia de esa etapa y tras recibir unas sesiones en el colegio de educación sexual, que fue el detonante de la investigación, pudieron interpretar de una forma equivocada o errónea los gestos de interés, confianza o cariño».

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También pudo influir, señala, que una de las jóvenes que alertó de esas supuestas prácticas acudió con anterioridad a un centro donde al parecer se produjo un acto de abuso sexual de un profesor hacia un alumno.

El auto ahonda además en otras declaraciones de profesionales del centro y en la ausencia de incidentes anteriores. «Pese a la larga trayectoria docente del investigado, ningún alumno se quejó de comportamientos inadecuados o abusivos por parte del investigado» y «no parece lógico que con una carrera tan larga nadie hubiera dado la voz de alarma sobre hechos similares, más bien, muy al contrario, se han presentado una gran cantidad de mensajes de apoyo por parte de sus antiguos alumnos, lo que ayuda igualmente a desmentir las conductas abusivas».

En lo que respecta al expediente informativo del colegio, éste se concluyó sin sanción administrativa con mención a evitar «el contacto físico» ya que da lugar a malentendidos, incomodidad por parte de los alumnos y a rechazo y quejas por parte de algunas familias.