Gracias, Óscar
Hace unos meses Óscar Somoza dejaba la presidencia de Azehos, la patronal hostelera zamorana, de forma silenciosa, casi sorpresiva, después de décadas
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Iniciar sesiónAhora que finaliza junio sería el momento de coger el teléfono, llamarle y preguntarle sobre la ocupación hostelera y las previsiones para este verano. Y él me contestaría como siempre, con el perfecto conocimiento del sector, sin pesimismos ni exageraciones, con un perfecto análisis de ... la provincia comarca por comarca, deteniéndose en Sanabria, la joya de la corona, y en la capital zamorana. Después recorreríamos Sayago y sus Arribes, Benavente y sus preciosas playas fluviales, la hermosa Toro con su agosto de San Agustín y toros y fuente del vino en su histórica plaza de toros, la más bonita.
Ahora, que llegan las vacaciones y el calor se desborda, me contaría la trastienda de la profesión, las luces y sombras, las licencias de las terrazas, los problemas para encontrar personal en cocina, sala y barra. El incremento bestial de las materias primas y las energías, la luz, el gas; la lucha de los grandes y pequeños para sobrevivir, la alegría de las grandes ocupaciones, el incremento de pernoctaciones para descubrir los tesoros que guarda la tierra zamorana por sus cuatro puntos cardinales.
Y nos veríamos, nos veremos en nada, como cada verano, como cada estación, en Sanabria, la suya, la mía, junto a la muralla, bajo el Castillo orgulloso de Puebla la Bella, en la frescura de la piedra de sus posadas reales, las viejas y nobles casonas que hoy son refugio de viajeros, o junto a las aguas de su Lago, Espejo de Soledades.
Dicen que en las ciudades, los pueblos, las tierras pequeñas como la nuestra, donde todos los conocemos, esta acercaría es buena, es corazón. Pero no siempre es fácil que la gente sea profeta en su tierra o que los paisanos seamos lo suficientemente agradecidos con la labor de quienes tenemos por vecinos, como si precisamente esa cercanía nos impidiese ver, por lo cotidiano, la valía de la gente de la tierra, donde también afloran filias y fobias, la envidia nuestra de cada día.
Hace unos meses Óscar Somoza dejaba la presidencia de Azehos, la patronal hostelera zamorana, de forma silenciosa, casi sorpresiva, después de décadas dando la cara, peleando por el sector, defendiéndolo con uñas y dientes con su fiel José Campanario, quien por su cuenta ha promocionado los productos zamoranos y nuestra gastronomía de feria en feria hasta convertir su Casa Aurelia en punto de peregrinación. Un tándem que ha tirado del carro en los momentos más difíciles, como la pandemia maldita, y ha sabido irse y ceder el relevo sin ponerse medallas, sin reivindicarse. De su asociación a sus asuntos, de su profesión a su corazón, a lo suyo, su trabajo, su día a día, la lucha por lo propio.
Por ellos, por los hombres y mujeres que tiran de esta tierra sin anunciarse, sin esperar nada, por amor a lo nuestro, por pura vocación, va la de hoy. Gracias, Óscar, por tanto. Nos vemos a orillas del lago.
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