desde la raya
Tan distinto
Esta calma chicha de lo cotidiano hoy se quiebra en la invisible línea que separa la vida de la muerte, la pena de la alegría, el duelo de la celebración
Hermanas en rebeldía
Donde nunca pasa nada
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Iniciar sesiónEl sol se ha posado de repente sobre la tierra. Hoy (ayer en el papel, porque los periodistas escribimos un día por delante) podría ser un sábado cualquiera, pero es distinto. Los pájaros cantan en los árboles como todos los días, pero suenan distinto. Aquí, ... en la plaza que me habita, no llegan las voces ni los ecos, ni siquiera los de una nueva campaña electoral. Aquí, en esta pequeña plaza de tilos y campanarios, el silencio es transparente, pero hoy suena distinto. Esta calma chicha de lo cotidiano hoy se quiebra en la invisible línea que separa la vida de la muerte, la pena de la alegría, el duelo de la celebración.
Hoy es un sábado cualquiera, pero es distinto este calor adelantado, esta luz dorada, este cielo azul limpio que anuncia los días largos, añorados, del verano. Mi Zamora, que este mediodía salía tímidamente a reivindicar la vía férrea de la Ruta de la Plata, el perdido Tren del Oeste, como si no fuese con ella el futuro, despide esta tarde en la Catedral al maestro Miguel Manzano, a quien lloramos en la intimidad con los que queremos. Zamora hoy canta desde lo hondo unida en su memoria y voces amigas recitarán sus salmos junto al órgano cuyas notas ascienden directas de la tierra hasta Dios, como dicen que vuelan las almas buenas.
Así se nos iba anoche a las Águedas de San Lázaro, hermanicas de febrero, nuestra Adelaida, con la vida ya cumplida, que tanta alegría nos deja en la faltriquera, guardada bajo el mandil. Será distinto esta tarde el aire, la paz, la calma del camposanto, cuando las sonajas de las panderetas zumben como un enjambre de abejas para acompañarla hasta donde la esperan tantas mujeres guerreras y valientes.
Y aunque todo apunta en este día distinto a las despedidas –también la inesperada partida de un amigo en la lejanía con quien compartí música, romerías y desamores– todo es muerte y todo es vida, como esa vida de la uva tinta fermentada en la copa, vida en el brindis de Toro, que honra y celebra a su vino, sangre y motor en esta tierra, alegría compartida en este sábado que quizá no sea tan distinto de otros sábados.
Mientras esto escribo, rematamos los preparativos de una fiesta sorpresa para celebrar los cincuenta de Víctor, este darle la vuelta al jamón de un amigo, porque la vida siempre se impone, porque nada se detiene aunque necesitásemos muchas más horas para asimilar lo que nos depara cada día, este pulso cotidiano, este baile antagonista, este ciclo de la vida donde todo muere y todo renace.
Luz en vuestro vuelo a los que os habéis ido. Esta noche, celebrando la vida, brindaré por vosotros, con vosotros.
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