Aliados contra la soledad en Navidad
La iniciativa 'Contigo en Navidad' invita a personas de más de 70 años de Valladolid a comer con los ancianos de una residencia los días más señalados de estas fiestas
Valladolid
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Iniciar sesiónLas residencias de ancianos son uno de los pocos lugares que no cierra por Navidad. Tampoco en Año Nuevo: algunos internos no pueden o no quieren pasar las fiestas con sus familias, de modo que, aunque a horas tempranas, sus mesas se visten ... de gala para ellos los días más señalados. En Valladolid, un puñado de personas más con situaciones afines se sienta con ellos estos días, porque el ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con la empresa Clece para invitar a los mayores de 70 que lo han solicitado a cenar y comer en Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo. El programa se llama 'Contigo en Navidad' y lleva operativo desde 2019, aunque en 2020 no pudo llevarse a cabo.
Este año son 7 los que se deciden a compartir alguna de las cuatro fiestas con los residentes, entre ellos una mujer de 63 años, pues la Consejería de Servicios Sociales valora las peticiones caso por caso. «Queremos dar una alternativa para pasar estas fechas acompañado», refieren desde el consistorio, en el que apuntan a que la iniciativa, en general, no responde a que los solicitantes no puedan pagarse la cena, sino a soledades no deseadas.
Es el caso de María Teresa, de 73 años. Recientemente ha dado carpetazo a casi cuarenta años de maltrato y rehace «una vida conflictiva y complicada» separada del que fuera su marido. Como sus hermanas no podían pasar estas fechas con ella, Cristina, la trabajadora social que la asiste y su «ángel de la guarda», le recomendó pedir cubierto para lo que se ha organizado en el Centro Residencial Patio de los Palacios.
«Conocer gente nueva»
«Mi vecina Isabel me había ofrecido cenar con ellos, pero me sentía un poco intrusa, así que acepté», explica ella. «Luego me he arrepentido, porque Isabel siempre está pendiente de mí y es como mi familia», refiere. Tras hablar a su vecina de estas dudas, ella le hizo ver que no pasaba nada, pues gracias a eso conocería a gente nueva y también disfrutaría. De modo que la noche del 24, previa peluquería, María Teresa, que además es creyente, llegó en un taxi vestida de fiesta y cargada de ilusión y esperanza.
Antonio, que vive más cerca, también se ha apuntado a las cuatro citas, pero llegó ya a la primera a pie, porque a sus 77 años rebosa energía y optimismo. Deportista, tuvo una vida laboral muy ligada a lo social y es miembro de Cruz Roja. Su familia está desperdigada por el mapa español y tenía curiosidad por saber «cómo viven y cómo piensan» en la residencia, y más en una noche sinónimo de amor y compañerismo. «Y si hay que bailar un rock'n'roll o un pasodoble, se baila», ríe. Para él, encontrar sopas de ajo sería muy especial, y María Teresa saldría encantada con un pescado al horno. «La verdad es que ahora me sabe todo tan rico...», sonríe ella, antes de entrar.
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