Quitarse las gafas
El excesivo cuidado de la telegenia y el marketing electoral ha derivado en la búsqueda de un candidato ideal
Auge del provincialismo
Corona sí, pero de espinas
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEn la cultura anglosajona que se ha impuesto durante buena parte del siglo pasado, el político, hombre público por excelencia, debía de presentar ante la sociedad una edad mediana, equilibrada en todos los sentidos y con una familia detrás complementando el líder de opinión pública ... que fuese agradable al electorado. Sin embargo, el excesivo cuidado de la telegenia y el marketing electoral ha derivado en la búsqueda de un candidato ideal, el hombre o la mujer tipo, que presente una serie de cualidades personales y que configuren en cartel electoral excepcional. ¿Se han parado ustedes a pensar cómo toman el poder presidencial y cómo resultan al salir de su etapa pública? Hay casos paradigmáticos recientes. Obama, por poner un caso, o el propio Pedro Sánchez, sobre el que se ciernen multitud de comentarios y estudios ante su aspecto de joven de gran atracción que ha sido sometido a un paso de vicisitudes dando como resultado a un hombre maduro, de delgadez extrema y gesto bastante marcado por deteriorado. Sin duda, el poder engancha, pero también pasa factura.
Sin embargo, al otro lado de la balanza los hay que parecieran haber firmado un contrato de eterna juventud con el diablo. Son los nuevos Faustos, insatisfechos con una leyenda cruel a sus espaldas. Putin carece de arrugas así pasen por él los años y los problemas con vidas humanas de coste de por medio. O aquel semblante de Silvio Berlusconi que, de tanto estirar la piel, pareciera que estaba sometido a un viento huracanado.
Aquí se recuerda las horrorosas gafas de pasta de Calvo Sotelo en tiempos de la UCD a punto de descomposición. «Por esas gafas perdí miles de votos», le oímos quejarse. En el PP actual, Núñez Feijóo, desembarcó en la política nacional con gafas excesivamente ajustadas a su rostro, haciéndole el gesto más duro. Y se obró el milagro. Fuera lentes. También nuestro presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, presentaba durante lustros la imagen de eterno joven empollón algo repulido. Y con la eliminación de las gafas dio un paso más hacia el aspecto de hombre maduro en plenitud de cualidades.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete