noción personal
Dos Españas
El hombre está repitiendo la radicalización de las posturas
Tiempo de tormentas
La que liaste, Pedro
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Iniciar sesiónEspañolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas te ha de helar el corazón». Así escribía Antonio Machado hace casi un siglo con respecto a la pugna política que se libraba en España y que terminó como todos sabemos. El ... hombre, animal capaz de tropezar con la misma piedra, está repitiendo la radicalización de las posturas, discursos y órdenes en el plano político. Aunque lo que realmente dinamitó toda posibilidad de solución fue el intento independentista, especialmente en Cataluña. Hoy en día, más sutilmente y por medio de otros métodos como las redes sociales, por citar algunos, el linchamiento social y la maquinaria de la persecución trabaja las 24 horas eligiendo a sus víctimas según el acontecer de la actualidad política y social. Pero dejando a un lado los auténticos aquelarres de siglo XXI, sí que existen dos Españas, y no desde la óptica del color político. Me refiero a la España que progresa, que absorbe la población y las inversiones; frente a la España que se momifica, que se despuebla y la que se deja fuera de los planes y ayudas europeas o estatales. Una España radial, con la gran excepción de Madrid en el centro, contra una de interior, mesetaria y de honda vocación de servicio público.
Aspectos tan sencillos como el transporte de una localidad a otra, por cercanas que estén, al carecer de línea de autobús o de tren, se convierten en una hazaña para el ciudadano que tiene la desgracia de vivir en una provincia de interior. La falta de una red de carreteras gratuitas modernas y dignas, por no hablar de la leyenda del AVE en muchos lugares de Castilla y León, son también anclas que impiden zarpar al barco de nuestro desarrollo. Pero no somos sólo nosotros los que sufrimos el azote de la mala gestión del Estado, Castilla y La Mancha, Aragón, Extremadura se unen a esa sangría invisible de fondos económicos y de personas para saciar el ansia infinita de Cataluña o las Vascongadas, por citar a los chantajistas en un sistema de democracia que nos hemos dado y que necesita, sin ningún género de dudas, una profunda reforma. Para empezar, establecer medidas para que los intereses de unos pocos ciudadanos valgan más en el Congreso y el Senado que la mayoría.
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