«La actividad más potente de divulgación científica en España» llega a Valladolid

Doce charlas y doce divulgadores, cuatro de ellos investigadores de la propia universidad vallisoletana. Patricia Fernández de Orellana, catedrática en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, reflexionará sobre cómo podemos obtener información a través de la luz;David Escudero, catedrático de la Escuela de Ingeniería Informática y director del Centro de Inteligencia Artificial, abordará el mundo de los cerebros digitales y las redes neuronales; la investigadora de Historia del ArteMaría José Martínez ofrecerá una charla sobre el expolio artístico en Castilla y León, y José Carlos Cobos Hernández, catedrático adscrito al departamento de Física Aplicada y exvicerector, tratará las fases de la materia.

Como ha expresado el presidente de la Diputación Provincial de Valladolid, Conrado Íscar, «este proyecto conecta la investigación con la vida cotidiana» y un ejemplo de ello vendrá de la mano de Cobos, que en su charla tratará, entre otros temas, cómola mecánica cuántica explica que el agua sea transparente, algo que entra en conflicto con «el mecanismo de la opalescencia crítica», por el cual cuando las sustancias se acercan a su punto crítico, dejan de ser transparentes y se vuelven opacas.

La charla del catedrático se titula «Fases de la materia, mucho más que sólido, líquido y gas». Una idea que parte de su investigación con Renault para el proyecto «Biocooling», que gira en torno al «enfriamiento utilizando productos que sean biológicamente compatibles». «Voy a explicar por qué no se puede usar CO2», desarrolla Cobos, que habla de una sustancia sin fase líquida a presión de ambiente, que pasa de estado sólido a vapor.

«Montar una especie de frigorífico en el coche, una bomba de calor para la que el fluido inicialmente tendría que ser CO2, técnicamente generaría muchos problemas en el vehículo«, describe. ¿La solución de su equipo? Alejarse del «CO2 puro» para «mezclarlo con un componente que le baja la presión y puede trabajar a presiones que un coche convencional puede usar». Ese es, a grandes rasgos, su proyecto, pero para que el público «entienda en qué se basa», el científico necesita recurrir a las «fases de la materia», porque «para entender la realidad a la manera de un científico hay que afinar lo que en la calle se entiende como sólido, líquido, o gas»

El científico descubrirá datos como «que hay 15 tipos de hielo diferentes« y que el «grafito y el diamante están construidos por un mismo átomo», todo enmarcado en la «revolución» histórica actual, «la edad del silicio». «En la actualidad no vale la experiencia cotidiana, porque se inventan materiales nuevos y para inventar lo que no existe en la naturaleza necesitas una cosa muy sencilla: conocimiento«.