Las academias de español alcanzarán este año los alumnos prepandemia

«Somos optimistas por la evolución y la progresión en la recuperación de los contactos«, sostiene Miguel Ángel Sánchez Benito, presidente de la Asociación de Escuelas de Español de Castilla y León, que aglutina a 19 centros, la mayoría de ellos ubicados en Salamanca. Hasta la ciudad llegaban anualmente en la 'era preCovid' alrededor de 35.000 estudiantes -45.000 a toda Castilla y León-, una cifra que espera recuperar este 2023: «No sé si la superaremos, pero al menos igualarla, sí. Tenemos confianza en que sea un buen año«.

A falta de cerrar los datos de 2022, Benito cree que el pasado año se quedaron al 70 por ciento de aquella deseable cifra de 2019, nada que ver ya con la situación en la que se encontraban en 2021, que entonces definió él mismo a este periódico como de «coma inducido». Sin alumnos para sus paquetes de inmersión lingüística, temían que la crisis les abocase a un cierre definitivo.

Sin embargo, el tesón de los empresarios ha permitido que el músculo tuviera más fortaleza del que en principio intuían. Pese a que la enseñanza 'on line' les 'salvó' aquellos fatídicos meses, ahora vuelve a ser «residual» en estos centros que venden «inmersión lingüística, pero también emocional, gastronómica, cultural e histórica», recuerda. Apenas un 2 por ciento de su alumnado es 'virtual', ya que esta enseñanza está más dirigida ahora a «la fidelización de alumnos, mantenimiento de contactos con profesores y cierto tipo de cursos y talleres».

Ocurre también en la Universidad de Valladolid. Isabel Paúl, coordinadora de los cursos de español en esta institución académica, prevé que estos programas recuperen «en un 80 por ciento la capacidad que teníamos en 2019». «En 2022 aún nos quedamos cortos, alrededor de un 65 por ciento, pero las expectativas para este año son un poco más optimistas».

En cuanto al origen de estos alumnos, «sigue siendo el mismo» que antes de la irrupción del virus. «Tiene que ver con los contactos que tenemos en cada centro». «Trabajamos mucho con europeos que vienen en el programa Erasmus, pero Estados Unidos es, quizá, nuestro cliente más destacado«, sostiene la responsable académica.

Respecto a los alumnos asiáticos, muy numerosos también antes de la pandemia, vaticina que su presencia aún tardará en notarse, sobre todo la de los procedentes de China. Aunque el país ha abierto recientemente sus fronteras, «van a tardar en llegar porque la tramitación de este tipo de cursos es con anterioridad. Los que no han podido realizar sus matrículas hace seis meses no vendrán».

Otro síntoma de que este turismo idiomático consolida su recuperación es la mayor intensidad de centros y universidades en las acciones de captación de 'clientes': «Estamos trabajando en la promoción tradicional, talleres para profesores y misiones inversas y directas», sostiene Sánchez Benito, destacando «un proyecto muy interesante» a través de los PERTE (proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica), en el marco del cual la ministra de Economía, Nadia Calviño, «anunció dos millones y medio para la promoción del español a través del Centro Internacional del Español, capitaneado por la Universidad de Salamanca, pero que incluía tanto al sector público como privado«. »Ahora lo estamos concretando«, sostiene preguntado al respecto. Aún así, insiste en que el sector es »muy optimista por la evolución que percibimos, las contrataciones que estamos realizando y porque, por fortuna, ya estamos recibiendo grupos estos primeros meses del año«.

El alumnado europeo también está siendo el predominante en la Universidad de Salamanca. Son estudiantes que antes no elegían nuestro país para aprender español, sino que optaban por Iberoamérica, principalmente Colombia o Argentina, «y ahora por seguridad se quedan en España», detalla José Miguel Sánchez, CEO de Cursos Internacionales en la institución académica.

Por el contrario, han visto disminuido el número de asiáticos, «sobre todo, chinos». Eso conlleva también otra consecuencia, apunta. Mientras los últimos «estaban con nosotros nueve o diez meses, el periodo de estancia del europeo es mucho más corto, de unas tres semanas«. Por eso, concluye: »La recuperación todavía no se ha producido. Necesitamos al público chino«.

El balance de 2022 de Cursos Internacionales permite una doble lectura. En el cómputo global –sin discernir entre cursos presenciales y en línea–, la Usal tuvo un total de 8.600 alumnos en 2022 frente a los poco más de 7.000 registrados en 2019. Sin embargo, «separados por bloques, vemos que los formados virtualmente han crecido mucho, mientras que 'in situ' seguimos teniendo menos».

EEUU, China, Japón y Brasil eran los países que tradicionalmente enviaban más estudiantes a Salamanca. La institución prevé recuperar la cifra prepandemia de los primeros este 2023, mientras que para recibir al mismo número de brasileños y japoneses tendrá que esperar, probablemente, a 2024, calcula Sánchez. Por ello, ahora el mercado «prioritario» de la USal para la captación es, «sin lugar a dudas, Estados Unidos«. Hace unas semanas viajaron a Florida, donde mantuvieron «una sesión de formación con más de 300 profesores convocados». Iniciativa que tendrán también en Nueva York y Chicago.

Más a largo plazo llegará China. Recuerda que el país acaba de abrir sus fronteras y primero serán sus colaboradores en este país quienes visiten las universidades. Esa positiva evolución hace al CEO de Cursos Internacionales ser moderadamente «optimista», aunque tampoco quiere lanzar las campanas al vuelo por la «complicada situación mundial»: «La guerra de Ucrania supone inseguridad en el movimiento y luego está la escalada de precios«. En ello coincide Miguel Ángel Sánchez Benito: »Es una amenaza real. Si se extiende volveremos a la oscuridad total«.