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Guillermo Garabito - La sombra de mis pasos

Un vacío literal

«...Eso debe de ser la globalización, que nos acaben llegando los mismo problemas que Foxá percibía en «el desván del mundo» en 1942»

Agustín de Foxá, en una imagen de archivo de ABC

Para ser un buen columnistas hay que ser un mal poeta. Y puede que con esta convicción de sabotaje nacieran muertos los pocos versos que he escrito. Es la forma más decorosa de decir que eran malos. Mi convicción férrea de que se puede ser ... un gran lector de poesía, incluso un buen escritor de versos sueltos, a la manera de Ruano y de Umbral, como consuelo. Ellos, con su vocación frustrada de poetas, acabaron siendo grandes escritores en prosa y a Agustín de Foxá le pasa un poco lo mismo. Un Foxá que era «vasto, gordo, exquisito, dandy, cínico, culto y brillante». Foxá escribiendo en el «Novelty» de Salamanca su gran novela «Madrid de corte a checa» mientras en España, los suyos y los otros, hacían la guerra.

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