El tramo de las bodegas de la A-11 espera ya las obras 30 años después del primer proyecto

Se pone así fin a casi tres décadas de idas y venidas desde que se diseñó el primer trazado de esta A-11 en el vitivinícola tramo vallisoletano. Fue a comienzos de los años 90 cuando comenzaron a redactarse los primeros proyectos para convertir en autovía la N-122 (Zaragoza-Portugal), pero la futura A-11 se tomó con uno de sus mayores obstáculos en la denominada «milla de oro», el recorrido que, siguiendo el curso del río, acoge a emblemáticas bodegas de la denominación de origen Ribera del Duero. Han sido muchos años de proyectos, alternativas y declaraciones ambientales hasta que se optó por un trazado definitivo, el llamado norte, que salta al otro lado del río, donde también se ha encontrado con numerosos detractores, como son los bodegueros de la zona, agricultores y los municipios por los que discurre.

Las obras de los primeros 20 kilómetros (los otros 14 entre Olivares y Quintanilla de Arriba están en licitación) comenzarán en breve, una vez que se formalice el contrato con la adjudicataria. Contará con dos viaductos, ocho pasos superiores y nueve inferiores, así como dos enlaces: el primero para acceder a Sardón y Quintanilla de Onésimo y el segundo, a la carretera VP-3302, que da acceso a Villabáñez y Villavaquerín. Los procesos para la expropiación de las fincas por las que atraviesa la vía han comenzado.