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Toro de la Vega: Una «muerte» lenta, pero previsible

El creciente rechazo social y el «ruido» de los animalistas han pesado más que los cambios del torneo para atajar las críticas

J. M. A.

Posiblemente y ya desde hace algún tiempo era la crónica de una muerte anunciada. A expensas de lo que digan los tribunales en los variados recursos que prevén presentar los partidarios de la fiesta, el torneo del Toro de la Vega dejará de existir a ... partir de este mismo año, al menos tal y como fue concebido hace más de quinientos años de historia y con el pueblo tordesillano y los aficionados de momento en pacífica rebelión contra una decisión que no entienden y rechazan. Más allá de la presión cada vez más contundente de los colectivos animalistas, incluidas varias campañas de dudosa legalidad contra el propio municipio y su economía, ha sido «la voluntad y sensibilidad de la sociedad actual», según argumenta la Junta de Castilla y León en el decreto ley que prohíbe dar muerte al morlaco en presencia de espectadores, la que ha terminado de apuntillar un torneo que en 1980, en plena democracia, fue declarado Fiesta de Interés Turístico de España y que en 1999, sin los incidentes que se multiplicaron con la llegada del nuevo siglo, fue calificado como Espectáculo Taurino Tradicional por el Gobierno regional que entonces presidía Juan José Lucas. Lejos quedan esas distinciones y parabienes en una muestra del radical cambio de opinión ciudadano -y político- que se ha producido en los últimos años con múltiples voces llegadas desde diferentes sectores que pedían la suspensión de esta tradición ancestral.

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