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Antonio Piedra - No somos nadie

Tiranos a la vista

«Tanto Pedro como Alberto han trabajado durante cuatro meses sólo para gloria y lucimiento de Pablo Iglesias»

¡Qué dura lección nos han proporcionado en Castilla y León los agentes de la Investidura! Los profetas del diálogo han acabado en esclavos de su monólogo sectario. Han ejercido con tanto ahínco su liberalidad que, como decía Maquiavelo , se la han zampado ... ellos solitos. Su ideario, en el fondo, no era más que una retahíla de puntos embellecidos para que los demás observaran su apabullante brillantez y doblaran la testa. Craso error. Si hubieran leído filosofía aplicada, habrían descubierto algo que ya reclamaba Nietzsche como condición previa: que, primero, ha de haber dialogantes fieros. Y segundo que éstos han de conocer «cuál es el sentido de sus donaciones». Sánchez y Rivera, como amantes de segunda y envanecidos, sólo se casaron para ver qué era eso.

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