Teloncillo invita a los más pequeños a jugar en su mágica «caja-granja»

Al igual que la escenografía, los montajes de Teloncillo no son teatro al uso. Saben enganchar a un público tan especial como los bebés. Para ello, deben reunir una serie de condiciones indispensables. Entre ellos, valora la actriz y cantante, «estar hechos con la cabeza» y «ser muy exigentes con el argumento, el tratamiento y los objetos que se utilizan». Todo con el objetivo de que sea más «sorpresivo» y que incluya diferentes ritmos con el fin de captar la atención de los más pequeños durante 35 minutos.

De ayudar en la creación de esos ritmos se encargan también los instrumentos que siempre acompañan a Teloncillo. En esta ocasión, un ukelele, una armónica, la inseparable guitarra de Ángel y, como «novedad», un piano.

Y junto a los instrumentos, otro de sus elementos fundamentales, las canciones, muchas de ellas elaboradas a partir de poemas, que en este montaje que a mediados de febrero viajará a la feria Feten de Gijón, corresponden a Marieta Monedero, Alicia Herreros, María Elena Walsh, Antonio Gómez Yebra y una de sus autoras más habituales, Gloria Fuertes.

¿Y por qué esta vez situar el argumento en una granja? «Siempre hemos visto lo bien que funcionan los animales con los niños, antes de que sepan hablar enseguida identifican su sonido, y luego ya vendrá la palabra. Es un mundo que les atrapa mucho, y también a los adultos».