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Réquiem por la tinta de Toro

La bodega zamorana Liberalia instala hilo musical para que el vino envejezca al son de la música clásica

El bodeguero José Antonio Fernández toca el violín en medio de las cepas de su bodega M. ÁLVAREZ

ALBERTO FERRERAS

A las afueras de Toro, en uno de los pagos de la uva autóctona de la zona, los vendimiadores han tenido el privilegio, una temporada más, de iniciar la jornada de recogida de la uva al compás del Réquiem de Mozart y la Marcha Fúnebre de Chopin. El sonido del violín en la madrugada es ya una característica más de los vinos que elabora una de las bodegas de la zona, empeñada en vincular enología y música y promover actividades culturales ligadas al mundo del vino.

El bodeguero José Antonio Fernández, de Liberalia Enológica de Toro, es el responsable de tan peculiar iniciativa y no contento con ello ha instalado incluso hilo musical en su industria vitivinícola para que el vino envejezca en barricas al ritmo de los grandes de la música clásica con un repertorio que incluye, entre otros, el Mesías de Haendel en Navidad, la Pasión según san Mateo de Bach en Semana Santa o las Estaciones de Vivaldi en primavera. «El vino es un ser vivo y como tal, a todo ser vivo le viene bien la música», asegura el responsable de la bodega para justificar su empeño en que las melodías estén presente en todo el proceso de vinificación y se incorporen como una característica más identificativa de sus elaboraciones vitivinícolas.

En los últimos años, Liberalia ha realizado conciertos para perros, burros y, el último, para cabras.

Desde que hace dieciocho años abrió su bodega en Toro, Fernández se ha esforzado en vincular sus dos grandes pasiones y la enóloga de la bodega, Silvia García, es la primera que le reconoce los beneficios que la música clásica tiene para estos vinos. Un día ella, preocupada por el envejecimiento, le aseguró que el vino necesitaba un poco más de música y el bodeguero se tomó literalmente el comentario, instaló unos altavoces y comenzó a poner discos de los grandes de la música clásica. El vino mejoró y, desde entonces, campaña tras campaña continúa la vinculación de ambos mundos. «Música y vino están absolutamente relacionados», declara este bodeguero para el que tocar el violín durante la vendimia hace que las uvas, tras ser recogidas, mueran en la trituradora más felices y así inicien con buen pie una nueva partitura que concluirá con el embotellado del vino. Esta firma, que el pasado mes de septiembre entregó a título póstumo su premio Liber de Honor al director de orquesta toresano Jesús López Cobos, entiende que la música debe ser accesible a todos y ahí, además del vino y las personas, incluye también los animales.

La firma tiene ediciones especiales con efemérides culturales

Por ello, en los últimos años, la bodega Liberalia ha promovido primero un concierto para perros, después uno para burros y, el último, para cabras, mientras que el próximo será para caballos. También ha impulsado otras actividades culturales, la última de ellas un encuentro en la sede de Toro de poetas y músicos de flamenco que el pasado día 19 han fusionado versos y seguidillas entre las barricas de Liberalia. La vinculación entre cultura y enología es patente también en el etiquetado de esta bodega, ya que a sus once tipos de vino diferentes que elabora añade ediciones especiales con etiquetas conmemorativas de alguna efeméride cultural. El bicentenario del nacimiento de Wagner y Verdi, el décimo aniversario del fallecimiento de Pavarotti o los cuarenta años de la muerte de la diva de la ópera María Callas han contado con vinos conmemorativos en Liberalia, que también ha dedicado etiquetas al cineasta Luis Buñuel y escritores y poetas como Shakespeare, Cervantes, Miguel Hernández o, la última de ellas, a León Felipe con motivo del cincuentenario de su muerte.

La enologa de la bodega reconoce que la música clásica beneficia a los vinos de Liberalia

Con el sello cultural como carta de presentación, los vinos de Liberalia se han hecho hueco en el mercado internacional y las exportaciones representan el 70 por ciento de las ventas de esta empresa que produce unas 200.000 botellas al año y tiene como principales mercados, además del español, el estadounidense y el alemán, seguidos del suizo y el canadiense. Aunque los tintos de Toro, tanto jóvenes como barricas, reservas y gran reservas son la principal carta de presentación de esta compañía, entre sus elaboraciones también figuran un verdejo, un blanco dulce, un espumoso y la próxima Navidad, como novedad, saldrá al mercado el primer rosado de la firma. Para la elaboración de esos vinos, Liberalia se surte principalmente de los viñedos propios que rodean la bodega, ya que no llega a una tercera parte de la uva que tiene que adquirir a viticultores de la zona «de siempre». La uva de las vides más antiguas, de entre 40 y 100 años, las utiliza para los vinos de mayor envejecimiento mientras que las más jóvenes, plantadas al inicio de la andadura de la bodega, se emplea para los vinos tempraneros.

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