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Pintadas que dañan el patrimonio, el «respeto»y las arcas públicas

Las ciudades diseñan planes especiales y refuerzan la vigilancia para acabar con estos actos vandálicos

Las pintadas llevan más de un año en la muralla medieval de Zamora. Según el Consistorio, es el Estado el encargado de retirarla M. ÁLVAREZ

M. Antolín/A. Ferreras

No es un fenómeno nuevo, pero en los últimos meses se han registrado pintadas especialmente dañinas para el patrimonio cultural de algunas ciudades de la Comunidad. No se trata sólo de un «ataque» a algunos monumentos y bienes muy valorados por la sociedad, sino que constituye, también, una «falta de respeto» al resto de la ciudadanía y un importante agujero para las arcas públicas de los consistorios cuando tienen la obligación de eliminarlas .

Para poner coto a estos actos vandálicos en algunos lugares, como Zamora, han incrementado ya la vigilancia policial y en otros se plantean, incluso, instalar cámaras en aquellos sitios en los que sea posible . Es el caso de Valladolid que, en los últimos meses ha acumulado varios casos. Quizá el más sonado fue el del las pintadas de color rojo en la estatua de Colón de la capital en el Día de la Hispanidad. Una acción, reivindicada por el colectivo de izquierda Yesca, y que obligó al Consistorio a tomar medidas especiales para que el monumento de bronce no quedase dañado por las labores de limpieza.

Escasos días después, se registraron pintadas en las esculturas que roden el Museo del Toro y el coso del Paseo Zorrilla, pero especialmente complicada fue la situación en el túnel de San Isidro de la capital. El Ayuntamiento se afanó para eliminar los dibujos que llevaban tiempo sobre sus muros, pero en tan sólo 12 horas el spray volvió a sus paredes. Se retiraron de nuevo y al poco tiempo los vándalos volvieron a actuar dejando incluso un mensaje: «Muy bien pintado, pero...». La policía reforzó en el lugar la vigilancia y detuvo a cinco personas a las que se les intervino pintura y que se enfrentan a sanciones que podrían llegar a los 1.500 euros.

El Ayuntamiento de Valladolid rehabilitó el túnel de San Isidro para retirar las pintadas que llevaban años en sus paredes. En tan sólo doce horas, volvieron a aparecer, el Consistorio las retiró y el spray regresó de nuevo. POLICÍA MUNICIPAL

El enfado fue tal en el Ayuntamiento que el concejal de Seguridad Ciudadana, Antonio Otero, no dudó en calificar en una entrevista en la Cope de «imbéciles» a los responsables , que «se creen con el derecho de destrozar una cosa que es de todos».

El románico zamorano

El patrimonio románico en Zamora también se ha visto afectado. En la ciudad, las pintadas de mal gusto se intercalan en el centro y el casco antiguo con algunos grafitis artísticos autorizados que nada tienen que ver con los garabatos y las consignas políticas plasmadas en algunas paredes, como las de un solar tapiado de la misma plaza de la Catedral. Muy cerca de allí, en la plaza de San Isidoro, un cubo de la muralla medieval muestra desde hace más de un año un conglomerado de pintadas que van desde esvásticas hasta firmas de autor , aunque ninguno de los responsables, que pueden enfrentarse a penas de entre seis meses y tres años de prisión, ha sido por el momento identificado.

Los grafitis no autorizados en ese cubo de la muralla son un mal endémico, como ocurre también en los paños de la muralla situados a la altura del parque de San Bernabé, ubicado en un lugar apartado y de escasa iluminación. Esas características se repiten igualmente en la puerta lateral de la iglesia románica de San Esteban, donde las pintadas en ese espacio son constantes y las que se han realizado en la piedra del templo permanecen allí desde el año 2017.

El problema es que cuando se limpian apenas dura unos días antes de que aparezcan nuevos dibujos . Esa situación hizo que el Ayuntamiento, que hace dos años puso en marcha un plan para la limpieza de pintadas, lo suspendiera ante la impotencia de ver que las paredes que repintaban de blanco volvían a ser a los pocos días víctimas de los vándalos del spray.

El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, reconoció que se trata de «un mal endémico de todas las capitales de provincia» y anunció que en el próximo contrato municipal de limpieza se incluirá el borrado de pintadas. Aún así, aclaró que el responsable de quitarlas es el titular de cada inmueble, la Diócesis de Zamora, en el caso del templo románico, y el Estado en el de la muralla medieval.

En pleno centro de Ávila, las ruinas del Monasterio de los Jerónimos fueron atacadas este mes. La Policía ha pedido colaboración ciudadana para encontrar a los responsables y el Ayuntamiento está convencido de llegar «hasta el final» ABC

En Ávila, uno de sus monumentos también ha sido blanco de los vándalos recientemente. Las ruinas del Monasterio de los Jerónimos se llenaron de pintadas hace tan sólo una semana . La Policía solicitó colaboración ciudadana para dar con los autores y la investigación aún continúa en marcha. Desde el Ayuntamiento aseguran que no existe «alarma» ni «preocupación» porque se trata de un «hecho puntual». Si bien, consideran que es una «falta de respeto» al patrimonio histórico de la ciudad amurallada y, por eso, están dispuestos a «llegar hasta el final» -incluido llevar el caso a la Fiscalía- para que los responsables «asuman el gasto».

Una iglesia del siglo XVI

La antigua iglesia de San Agustín, en el centro de Segovia, apareció el mes pasado con mensajes escritos en spray. Los restos del templo, construido en el siglo XVI y ejemplo de la transición entre los estilos gótico plateresco y renacentista , fue atacado por el colectivo Yesca -el mismo que pintó la estatua de Colón de Valladolid- y así lo reivindicó a través de las redes sociales. «Se trata de un monumento que representa la memoria de un fascismo», aseguró la agrupación en Twitter, mientras que desde el Consistorio condenaron los hechos e iniciaron el procedimiento administrativo correspondiente. En este caso, también se estudió dar traslado a la fiscalía por daños al patrimonio.

Los restos del templo de San Agustín de Segovia, construido en el siglo XVI y ejemplo de la transición entre los estilos gótico plateresco y renacentista, fue atacado por el colectivo Yesca el pasado mes de noviembre TWITTER

En Burgos y Salamanca hace tiempo que reaccionaron a las pintadas callejeras con planes y brigadas especiales de limpieza . En la capital charra, durante el primer semestre, ya se han eliminado 2.000 grafitis no autorizados y 16.000 desde 2013. En Burgos, se han registrado 2.111 actuaciones de enero a septiembre de este año.

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