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Los pasos de Delibes, «con la escopeta al hombro»

Seis rutas invitan a viajar a sus jornadas dominicales de la mano de las páginas de los libros en los que plasmó su amor por la caza

TEODORO NARANJO DOMÍNGUEZ

M. G.

«Domingo tras domingo, en otoño y en invierno, el cazador sale al campo en pos de las perdices, unos días con suerte y otros sin ella, pero, en todo caso, las perdices disminuyen en la percha y en el campo, con lo que no ... descarto que estas páginas, al correr de los años - tampoco demasiados - puedan ser la constatación de un proceso devastador en virtud del cual , Castilla se fue despoblando de pájaros, como siglos atrás se despobló de bosques. El tiempo hablará y no tardando. De momento, aquí queda, como un documento fehaciente y nostálgico, este diario puntual donde he ido consignando pacientemente, a lo largo de cuatro años, mis inefables aventuras dominicales ». Así lo plasmó Miguel Delibes en «Las perdices del domingo», uno de los múltiples trabajos en los que el escritor dejó constancia de su pasión por la caza. Su Valladolid natal brinda la oportunidad de zambullirse en sus jornadas en cotos, laderas, montes y páramos en busca de una presa apropiada a través de seis rutas que siguen los pasos de sus obras literarias en las que la actividad cinegética ocupó un lugar especial. Las distintas etapas se nutren del mundo rural que tanto amaba y de los paisajes, paisanos, animales, plantas o costumbres del campo que trasladó a sus textos.

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