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Fernando Conde - Al pairo

El orador

«Falló en los modos y se escudó en esa simplona estrategia de no mentar el nombre de los muertos, como si esa fuera una fórmula mágica para lograr desdibujar la sombra del ciprés»

El debate sobre el estado de la comunidad ha demostrado que, a pesar de las dotes de buen lidiador que caracterizan al presidente Herrera cuando se echa a los medios del albero parlamentario, esta vez los morlacos salían de chiqueros dispuestos a hacer ... hilo con la carne y no con el capote. Eran cornúpetas avisados y sabían bien por dónde tenían que embestir. Y embistieron. Herrera no es un político al uso y en los lances oratorios se desenvuelve como pez en el agua, pero en esta ocasión probablemente ni el mejor Demóstenes hubiera tenido fácil desviar el tiro sólo con su buena oratoria . Por eso quizá falló en los modos y se escudó en esa simplona estrategia de no mentar el nombre de los muertos, como si esa fuera una fórmula mágica para lograr desdibujar la sombra del ciprés.

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