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«Los museos del Libro y del Cid ya eran de Burgos, no nuestros. Eso es lo triste»

La falta de apoyos obligó a cerrar ambos centros. Ahora les buscan un nuevo emplazamiento fuera de Castilla y León

Juan José García, en el ya cerrado Museo del Libro, en una imagen de archivo ICAL

H. DÍAZ

Hace poco más de un mes que los gestores de los museos del Libro Fabrique de Basilea y del Cid echaron el candado a éstos por última vez, un momento que ahora uno de sus impulsores, Juan José García , recuerda con sentimientos encontrados: «frustrado» porque sus proyectos no continuarán allí donde les vieron nacer, pero también «satisfecho» de haber hecho todo lo que estaba en sus manos para que «estos centros culturales de primera línea» incrustados a pocos metros de la Plaza Mayor burgalesa siguieran con su labor divulgativa.

No ha podido ser y de ello culpan al desprecio, desdén y falta de interés que han recibido de las instituciones , tanto locales -Ayuntamiento (ahora en manos del PSOE, antes del PP)- como regionales -la Consejería de Cultura y Turismo-. Eran mediados de junio cuando los también responsables del sello editorial Siloé -uno de los mejores considerados a nivel nacional en la edición de facsímiles- confirmaban en una concurrida rueda de prensa ante los medios locales su intención de cerrar y trasladar estas instalaciones fuera de Burgos y de Castilla y León.

«Por dignidad»

No era un órdago ni un chantaje. Sus gestores lo tenían claro y prueba de ello es que de nada han servido el contacto que mantuvieron tras su anuncio con el flamante nuevo alcalde Daniel de la Rosa, ni el mensaje enviado al poco de tomar posesión por el también recién estrenado consejero Javier Ortega para que mantuvieran un contacto. «No teníamos nada de que hablar ya», señala Juan José García, quien insiste en varias ocasiones durante su conversación con ABC en que su decisión «no ha sido por dinero, sino por dignidad» .

¿Y cuáles cree que han sido las causas de ese continuo desinterés por parte de las instituciones? «Está claro que la cultura nunca mueve votos en masa , eso por descontado, aunque luego nos acordamos de Santa Bárbara cuando nos damos cuenta de que sí mueve economía y sensación de pertenencia», responde el editor.

Romper precisamente esa sensación de pertenencia que los burgaleses ya tenían respecto a estos dos centros culturales únicos en su género es quizá lo que más le duele a este promotor cultural. «Nadie entendió en ese mes que transcurrió -desde que anunciaron su cierre hasta el 23 de abril que lo hicieron efectivo- que los museos del Libro y del Cid ya no eran nuestros, eran de Burgos, y eso es lo más triste».

Hace doce años que el Museo del Libro había iniciado su andadura. Poco tiempo después de comenzar las actividades en la ciudad, recuerda Juan José García, se encontraron con la desagradable sorpresa de que en Las Edades del Hombre, uno de los principales proyectos culturales impulsado por el Gobierno regional y los obispados, exponía su competidor catalán en un espacio financiado al cien por cien. «Desde que descubrimos este hecho hemos protestado y lo único que percibíamos era indiferencia», motivo que ha continuado hasta la fecha y uno de los que ha impulsado a su decisión, además de la falta de apoyos por parte de las instituciones.

Juan José García y su socio Pablo Molinero tienen claro que en su decisión no hay vuelta atrás. Candidatos para acoger estas instalaciones no les faltan, aunque no tienen «ninguna prisa en su traslado»: «Son museos absolutamente viables, amortizados y no les cerramos por ninguna causa económica», insiste, por lo que quieren buscar para ellos «un lugar que merezca la pena, donde autoridades y sociedad valoren lo que tiene».

Próximos proyectos

En lo que tampoco dudan es que en Burgos continuarán con su proyecto editorial , y entre sus iniciativas pendientes destaca la publicación antes de que finalice el año de la edición facsímil de «Vida y milagros de San Luis», un valioso códice del siglo XV que custodia la Biblioteca Nacional de Francia y que tiene prohibida su consulta, por cuya edición se han interesado una treintena de universidades americanas. Mientras, otra de sus joyas, la edición de Villard de Honnecourt, ha recibido fabulosos comentarios de uno de los mayores entendidos en manuscritos medievales, el experto académico británico Christopher de Hame, obra que además aspira a conseguir un premio nacional del Ministerio de Cultura y Deporte.

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