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Ignacio Miranda - POR MI VEREDA

Mejor no pensar

«Dígale usted a los adolescentes de ahora que estudien unas horas con Platón o Aristóteles. Menuda alineación de carcamales aburridos, con lo divertidas que resultan internet, la redes y la tele»

IGNACIO MIRANDA

Cuando en 1990 se promulgaba la infausta LOGSE para llevar el buen rollito a las aulas y cuestionar el esfuerzo y la disciplina, cursaba COU siguiendo la rama de letras puras. Había cuatro horas semanales de latín, para traducir a Cicerón en sus «Catilinarias», y ... a Virgilio en «La Eneida». El año anterior, en griego y con el mismo profesor, el hermano de la Salle Pedro Valmaseda, unos meses bastaban para hacer lo propio con pasajes de la «Ciropedia» y la «Anabasis» de Jenofonte. Nombre que no responde a un bar de copas, sino a un militar e historiador heleno que, en pleno siglo IV antes de Cristo, se entretuvo en escribir el primer tratado de equitación, en el que ya habla del asiento, la posición del jinete, la reunión o la confianza del potro en la doma.

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