La Junta concluye que la avispa asiática se concentra en el norte de Burgos y no avanza por la Comunidad

La presencia de Vespa velutina en comunidades autónomas limítrofes a la zona noroeste de Castilla y León suponía un riesgo de difusión con los consiguientes problemas para la producción apícola. La Consejería de Agricultura y Ganadería para evitar la incertidumbre creada entre la población en general y entre los apicultores de Castilla y León en particular, elaboró este plan «pionero» en España en cuanto a su diseño y operatividad, con el objetivo «de detectar, con rigurosidad, la presencia y avance de esta especie de avispa en la Comunidad».

Este plan de actuación se inició con una jornada informativa, celebrada el pasado 8 de marzo en el salón de actos de la Consejería de Agricultura y Ganadería, en la que se abordó la sanidad apícola, su situación y las actuaciones en relación a la Vespa veluntina y a la que asistieron apicultores y asociaciones del ramo, especialmente procedentes de las zonas en las que se esperaba la presencia de esta especie. En este acto también se explicó el protocolo de actuaciones para detección, seguimiento y control de la especie exótica invasora Vespa velutina en Castilla y León, firmado de forma conjunta por las consejerías de Agricultura y Ganadería y Fomento y Medio Ambiente, que permite establecer un marco común en materia de detección, seguimiento y/o control de la especie, así como reflejar las relaciones y participación de los distintos agentes implicados.

Tras esta jornada, se acordó la colocación de 112 trampas, creando así una red de centinelaje completa en las cercanías de explotaciones apícolas de las zonas que fueron consideradas de riesgo de entrada de este avispón. Para ello se establecieron dos tipos de zonas en función del riesgo: las colindantes con comunidades autónomas con la presencia confirmada de Vespa velutina, en las que se colocaron 97 trampas, cinco por cada unidad veterinaria, excepto en la del Valle de Mena, en la que se instalaron siete trampas, y las áreas próximas con Portugal y zonas de posible expansión, con riesgo relativo, en las que se colocaron diez trampas, dos por unidad veterinaria.