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Sociedad

La Junta busca involucrar a los profesores para detectar la violencia de género escolar

Una guía ofrece las pautas a seguir ante un caso, que será derivado a servicios sociales

ISABEL JIMENO

Pasan buena parte de la jornada en las aulas, allí tienen sus amigos y surgen en muchos casos las primeras relaciones sentimentales, pero también pueden ser el punto de inicio de la violencia de género. Así que, conscientes de que el ámbito educativo tiene un papel «decisivo» en la sensibilización , prevención y detección temprana de esta lacra, las consejerías de Familia e Igualdad de Oportunidades y Educación han elaborado una guía de actuación y detección de la violencia de género en el ámbito educativo . Una herramienta «novedosa» que busca sobre todo la «implicación» del profesorado para detectar y prevenir estas situaciones y, en caso de darse, derivarlas a los Servicios Sociales para su intervención, explicó la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicia García, quien recordó los datos alarmantes que esta lamentable conducta presenta también entre los jóvenes.

De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, un 30 por ciento de la mujeres de entre 15 y 19 años de todo el mundo está sufriendo algún tipo de violencia por parte de sus parejas o exparejas. Y «más preocupante», la asunción de ciertos estereotipos machistas : una de cada tres jóvenes no identifica el control como violencia de género. Unos datos de una situación que «nos debe preocupar y alarmar», reconoció García.

Contra ellos pretende luchar esta guía, en la que se ofrece fundamentalmente a los docentes información e indicadores sobre violencia de género y pautas sobre cómo intervenir en caso de sospecha . Aunque de las ocho víctimas mortales menores de edad de esta lacra en 2017 ninguna era de Castilla y León y sólo se tuvo que trasladar de universidad a una joven, se trata de «una realidad inaceptable» , advirtió el consejero de Educación.

Esta guía, que se testará en lo que queda de curso y se materializará en un protocolo de cara al siguiente, pone a disposición de los docentes, que recibirán formación especializada al respecto, conocimientos y mecanismos para la lucha contra la violencia de género. Su fin es «tener y servir de manual orientativo» a los profesores para situaciones así, incidió García, quien señaló que está dirigido a «todos» los centros, tanto públicos como privados, y mira con «especial» atención a las niñas de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional Básica.

Desterrar mitos

El texto facilita información, indicadores y pautas a seguir tanto para la detección como la prevención de la violencia de género sufrida por escolares, tanto si es ejercida pro otro compañeros del mismo centro, de uno de fuera o incluso en el ámbito familiar. Así, establece que, una vez detectado o ante una sospecha deben dirigirse desde el centro educativo a los servicios sociales (CEAS) , que asignará a la víctima un coordinador de caso para atenderla de forma personalizada. Si se detecta un posible caso de violencia en el entorno familia, se prevé facilitar la información a la madre o tutora legal sobre los recursos disponibles. También marca los pasos a seguir respecto al agresor o maltratador, poniendo a su disposición programas de ayuda.

El detalle de los tipos de violencia, pues no sólo es física, los pasos de su evolución y que pueden presentar tanto la víctima con el agresor están explicados en el texto, en el que se destierran mitos y falsas creencias como «un hombre no maltrata porque sí; ella habrá hecho algo para provocarle» o «la violencia de género es propia de personas incultas y sin educación»; así como las equivocadas percepciones del amor romántico que llevan a confundir ciertas actuaciones como la posesividad o los celos con el amor romántico. También ofrece a los docentes información sobre los factores de riesgo (consumo de alcohol u otras drogas, fracaso escolar, construcción social del hombre ideal como dominante...) e indicadores.

Además, se presta especial atención a la ciberviolencia de género ó 2.0, ya que, aunque puede compartir riesgos y características, puede presentar mayor incidencia entre los jóvenes, que utilizan con frecuencia las redes sociales. La guía explica los distintos tipos de ciberconductas, que incluyen las ciberamenazas, el acceso a contenidos sin consentimiento, ciberextorsión, el «grooming» (acoso ejercido por un adulto hacia un menor) o el «sexting» , entre otras.

La guía también aborda la detección de la violencia de género en el entorno familiar. Tanto la familia como la escuela son «escenarios críticos» a la hora de actuar contra la violencia machista, porque, a veces, no «se identifica correctamente», alertó el consejero de Educación, quien dejó claro que «la escuela es clave para luchar contra este elemento ideológico enfermo», basado «normalmente un prejuicio machista de que la mujer pertenece al varón». «La educación es uno de los instrumentos más potentes para erradicar la violencia de género de raíz», subrayó la consejera.

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