Andar juntos, bailar pegados

El alcalde de la capital, José Antonio Diez Díaz , sumado a la ola del leonesismo, asegura que el descontento podría haberse contenido antes con actuaciones que evitaran agravios y abandono. Un tipo más preparado y con mejor pinta que muchos de los que su partido, el PSOE, ha sentado en el consejo de ministros . Ni comparación con los del hato de Podemos . Al no tener pelo surge la duda de si puede ser hermano mayor de Rubiales , menor de Micky , el cantante, o incluso primo de los Matamoros . Y luego es geólogo. Especialista en hidrogeología, concretamente. Vamos, que controla las aguas subterráneas. Ahí quiero llegar. Porque, a estas alturas, quién nos asegura que el origen del movimiento autonomista leonés no se halla en el subsuelo. Puede haber entre Valderas y Mayorga, a lo largo de la divisoria del río Cea, un cambio de placas tectónicas, una falla que desajusta el terreno y da origen al afán de separarse. Arcanos de la tierra. Enigmas telúricos a los que resulta difícil sustraerse, que el edil conoce seguro y alguien debería resolver.

Pero lejos de esa investigación científica, le pido al alcalde de León algo mucho más sencillo y prosaico: reconsidere la medida de cambiar los días de baile de mayores que organiza el Ayuntamiento del domingo al viernes . Recuerde por favor que son ellos, con su empeño personal de ayudar hijos y nietos, junto a la perseguida clase media, quienes han tirado de España para ir saliendo de la crisis. Han hecho milagros con sus pensiones.

Gracias a su abnegación y esfuerzo, no al desaparecido Rajoy , se evitó en gran medida el rescate. Déjeles mover el cuerpo unas horas en su día libre, sin niños, al son de pasodobles de Manolo Escobar , éxitos de Los Brincos , rancheras de Rocío Dúrcal , popurrí hortera-estival de Georgie Dann y temas pegadizos de triunfitos. Está bien claro: León y Castilla deben andar juntos y bailar pegados.