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Guillermo Garabito - LA SOMBRA DE MIS PASOS

Pedro Sánchez, Doctor de la Iglesia

Pedro Sánchez y el Papa Francisco, en su encuentro de este sábado EFE

Guillermo Garabito

Lo mío con Dios va a días, como decía mi amigo José Luis de lo suyo con una chica: «Tenemos una relación basada en no molestar». Y así lo llevamos, Dios y yo. Voy haciendo lo mío con la misma convicción de ese verso machadiano ... que reza que «quien habla solo espera hablar a Dios un día». Y así hablo y escribo. A Dios se le habla, se le ignora, pero no se le entiende. Y supongo que lo mismo ocurre con el Papa Francisco, que para eso es su representante aquí. Hace mucho que dejé de intentar entender a Francisco, como tampoco aspiro a entender a Dios. Lo que me inquieta no es que yo no le comprenda, no ando en el intento como San Agustín. Pero sí me preocupa de verdad que no le haya entendido –o escuchado siquiera– Pedro Sánchez ayer cuando el Papa le dijo en un castellano pulcro y a la cara para que no quepa confusión que «las ideologías decostruyen la patria, no construyen». Eso lo entendí hasta yo. Para comprender estas palabras del Papa –Espíritu Santo aparte– no hace falta ser Doctor de la Iglesia, ni universitario siquiera, sería bastante con haber leído algo de historia. Por eso, precisamente, Su Santidad le pidió construir mirando al futuro y no «cincuenta o cien años atrás».

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