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Sociedad

El entorno de Garoña, entre la esperanza y la indignación tras el informe favorable del CSN

El color político marca la opinión de los alcaldes sobre el futuro de la central. Los populares quieren que se reabra; el resto está en contra

Central de Santa María de Garoña R. O.

J. M. A. / M. GONZÁLEZ

J. M. A./M. gonzález

«Ojalá estuviera en funcionamiento 40 años más». «Sería un suicidio que se volviera a abrir». A los autores de sendas frases les separan apenas unos kilómetros de distancia física, pero todo un mundo en cuanto a su opinión sobre ... la continuidad o no de la central de Garoña. Claramente a favor se muestra Francisco Javier Ruiz, alcalde del Partido Popular en Miraveche, que recuerda que la planta «aporta dinero al pueblo» y asegura que «todos los vecinos quieren que continúe en activo». A tan solo unos minutos en coche, el regidor de Oña, el socialista Arturo Luis Pérez López, que «siempre» ha tenido «claro» que Garoña debía cerrarse. Sus ayuntamientos forman parte de la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC) en su condición de localidades situadas a menos de 10.000 metros de una planta nuclear, pero expresan opiniones divergentes en función de su signo político, como ocurre en el resto de pueblos «afectados» por Garoña. Así, Raquel González (PP), alcaldesa de Valle de Tobalina, lugar de «residencia» de la central, también es «favorable» a la continuidad de la central «siempre que cumpla los criterios de seguridad».

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