Custodio de la memoria minera
Alrededor de 2.000 metros lineales de estanterías conforman el Archivo Histórico Minero, en proceso de catalogación de sus documentos con el objetivo de abrir en primavera
H. Díaz
El pasado miércoles los vecinos de Páramo de Sil eran testigos, algunos con las lágrimas en los ojos, de la detonación de la chimenea de humos de la central térmica de Anllares . Desaparecía así uno de los símbolos de la industria de la ... minería en El Bierzo. No es la primera empresa que ha comenzado con ese proceso de desmantelamiento y tampoco será la última. Con el cese de la actividad ligada al carbón, el paso del tiempo emborronará cada vez más la historia de la minería en Castilla y León. Impedir que desaparezca por completo y dejar testimonio de lo que fue un sector boyante en la Comunidad es lo que pretende el Archivo Histórico Minero, que abrirá sus puertas en la próxima primavera en Sabero (León) y que ahora se encuentra inmerso en pleno proceso de catalogación e inventariado de los miles de documentos que les han ido entregando en depósito muchas de las instalaciones y sociedades mineras desmanteladas.
El archivo se ubica en un antiguo colegio de las Hulleras de Sabero que fue cedido a la Junta por el Ayuntamiento del municipio y que se sitúa junto al Museo de la Siderurgia y la Minería que el Gobierno regional inauguró en 2008 . De hecho, es el director de estas instalaciones, Roberto Fernández, quien también está al frente de este nuevo proyecto. Recuerda éste que desde que se abrió el centro, al igual que de vez en cuando les llegaba herramientas de minería donadas por familias también lo hacían «algunos documentos y fotografías» que ellos se han encargado de custodiar. Luego se percataron de que con el desmantelamiento de las industrias y sociedades mineras había «un caudal de documentación importante» en forma de libros de contabilidad, actas, proyectos, consejos de administración... que corría el peligro desaparecer. Con el fin de evitarlo se pusieron manos a la obra y «en los últimos cuatro o cinco años» han ido contactando con las empresas, algunas en activo, otras en liquidación y otros muchos particulares «y poco a poco con gestiones con los diferentes actores se ha ido conformando el grueso» de sus fondos, entre los que se encuentran los archivos de la Fundación Hullera Vasco Leonesa y del Coto Minero Cantábrico.
A día de hoy, el Archivo Histórico Minero está formado por unos 2.000 metros lineales de estanterías que albergan «cientos de miles de documentos» en los 8.000 archivadores ya catalogados, detalla Roberto Fernández, quien explica también que aún les queda «otro volumen similar en proceso de catalogación e inventariado» y de ahí que se hayan dado ese plazo de «dos o tres meses» hasta su apertura.
¿Y quién podrá tener acceso a esos documentos una vez que lo haga? «Estará abierto a todo el mundo que solicite una consulta, desde el investigador profesional hasta el particular, que será muchas de las visitas que tengamos», sostiene el director, para quien «es una alegría ver al nieto abrir el expediente de su abuelo y encontrarse con una foto de los años 40, su contrato de trabajo, su cartilla médica e incluso alguna sanción que le pusieron en su momento».
Para Roberto Fernández, quien se está encargando de la catalogación de los documentos junto a otro compañero, un archivo de estas características «era muy necesario» porque lo que se está recogiendo «es la memoria y el alma de la minería de Castilla y León de los últimos 160 años». «Los planos, documentos y fotografías que no se custodien de una manera ordenada, científica y en el sitio adecuado probablemente se acabaran perdiendo». Detalla también el director que a los legajos reunidos han sumado también el archivo sonoro del museo, un trabajo que venían desarrollando desde hace 13 años y que recoge la memoria oral de la minería a través de testimonios de los trabajadores, con ya casi 400 grabaciones.
«Tesoros»
Además de estos registros sonoros, son muchos los «tesoros» que alberga el archivo, cree, entre ellos algunos planos topográficos de mediados del siglo XIX, documentos de labores... «Cada vez que abres un archivador nuevo para inventariar te encuentras maravillas: contratos de compraventa, copias de las concesiones mineras, planos de viviendas y escuelas... Incluso recientemente nos encontramos con tres archivadores sobre los equipos de fútbol de una empresa». Todo, insiste, «te da cuenta de cómo era esa sociedad que rodeaba a la industria minera».
Una vez que todo esté catalogado lo ideal sería comenzar con el proceso de digitalización, lo que permitiría su mayor accesibilidad, así como una mayor protección para los documentos. No obstante, recuerda que para ello se requieren «muchos años» y también presupuesto. Por el momento, su ilusión está en permitir el acceso al público a «estas auténticas joyas». De hecho, la jornada de puertas abiertas que tuvieron a mediados de noviembre para grupos reducidos -cumpliendo las condiciones de seguridad impuestas por la pandemia- «fue una experiencia muy bonita». Tal es así que repetirán la iniciativa el 17 de diciembre. Una buena oportunidad para conocer una parte de la historia de Castilla y León.
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