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Chillida y Guillén, mano a mano en el Patio Herreriano de Valladolid

Dos exposiciones muestran la grandeza artística de la amistad entre dos genios

El hijo de Eduardo Chillida en el Museo Patio Herreriano junto a una de las esculturas de su padre F. HERAS

M. GAJATE

En el año 1971, la universidad de Harvard unió durante un semestre a dos genios del arte y la literatura. Fue el inicio de una amistad entre Jorge Guillén y Eduardo Chillida, quien tras la muerte del poeta decidió rendirle un homenaje con una serie de esculturas en las que trató de trazar una comunicación entre ambos en forma de acero, alabastro y granito. Una de ellas luce desde ayer en la Capilla del Museo Patio Herreriano de Valladolid, un lugar en el que el propio hijo del escultor reconoce que es muy «especial».

El arte puesto en común entre ambos tomó forma primero con la publicación de un libro. Fue después de la colaboración entre Chillida y Heidegger, que se tradujo en las reflexiones del filósofo plasmadas en planchas de piedra. Conocida la obra, Guillén le dijo al escultor: «Yo también tengo muy buena caligrafía». Así surgió en 1973 «Más allá», en el que 16 xilografías del artista vasco acompañan los versos escritos en puño y letra por el poeta. Más tarde ese vínculo trascendería los límites del papel para ser la base de una serie de varias esculturas.

F. HERAS

Fue tras la muerte del genio de la Generación del 27, cuando su «amigo» con la voluntad de rendirle homenaje, buscó «un punto» de encuentro con él, que halló en el poema «lo profundo es el aire», un concepto que estimó «perfecto» para él y que materializó en su forma de abordar el material para comunicar con el espacio.

Así, la obra que se puede admirar en el Patio Herreriano se trata de una pieza de casi dos metros de altura de granito de la India, un material que le atraía especialmente al escultor porque entonces no tenían medios mecánicos para obtener la piedra y cada bloque era diferente. La obra toma por nombre el citado poema, «Lo profundo es el aire», que cautivó a Chillida cuando a la muerte del escritor releyó su obra en busca de un homenaje póstumo.

Las manos

La escultura se completa con «De Chillida a Guillén. Esta es la mano de tu amigo», con medio centenar de dibujos y esculturas realizadas desde 1948 acompañada de material documental de la serie de xilografías «Más allá». Las manos son las protagonistas de las obras y en nexo «entre ambos. Las manos que se unen y entrelazan como muestra de cariño y amistad», señaló ayer Luis Chillida.

Cabe recordar que en vida Chillida ya dedicó un homenaje a Guillén a través de su obra. mediante dos piezas. La primera, realizada en hormigón, se encuentra en los jardines de del Museo Chillida-Leku; mientras que la segunda se encuentra cobijada entre lo silenciosos muros del convento de San Pablo y San Gregorio en Valladolid.

Al respecto de ésta última se manifestó ayer la concejala de Cultura del Ayuntamiento, Ana Redondo, recordando las «dificultades de la sociedad vallisoletana de entonces para reconocer la grandeza de la obra de Chillida», pero hoy la capital del Pisuerga es una ciudad «más libre y abierta» que se enorgullece de recibir las nuevas exposiciones.

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