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Charanga y payasos a la puerta de casa: el remedio de un cole de Valladolid para acabar con el absentismo

El Cristóbal Colón comienza un proyecto piloto para frenar los novillos respaldado por el Ayuntamiento y la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades. Si funciona, se extenderá a otros «centros gueto»

ICAL

H. DÍAZ

«Sabes lo que me gustaría conseguir? que los niños se asomasen a la ventana y saliesen corriendo de casa en dirección al colegio, aunque su padre no le hubiese levantado o su madre no estuviese pendiente». Quien pronuncia el deseo es Alberto Rodríguez, alias «Bertoni». Hace diez años comenzó como profesor de gimnasia en el colegio Cristóbal Colón de Valladolid, y cinco después asumió la dirección con el empeño de cambiar la vida de los niños que asisten a sus clases.

Este centro vallisoletano se encuentra ubicado en la barriada del 29 de Octubre, en Pajarillos. En ella conviven más de cuarenta nacionalidades distintas y es una de las zonas más estigmatizadas de la ciudad, vinculada históricamente al trapicheo de droga y con la mayor tasa de personas en exclusión social de la ciudad. Desde hace algún tiempo, la comunidad educativa se ha empeñado en dignificarlo y alejarlo de la «guetificación» y degradación haciendo uso de la herramienta más valiosa que tienen: la formación de los chavales. Con este objetivo surgió Pajarillos Educa , un proyecto con actividades en torno a las áreas como la música y el deporte que implica a todo el barrio para luchar contra el abandono escolar temprano. Ahora, Alberto Rodríguez quiere dar un paso más en el cole y se ha empeñado en reducir el absentismo. ¿Cómo? Utilizando la filosofía de los «rutas escolares seguras». «Hasta ahora estos caminos tenían sólo en cuenta las variables de la seguridad y movilidad. Propusimos al Ayuntamiento que introdujera la del absentismo y lo que hemos hecho es estudiar las calles que concentraban porcentajes más altos de niños absentistas y realizar un recorrido».

Una de las aulas del Colegio Cristóbal Colón, en una imagen de archivo ICAL

Rodríguez cifra en alrededor de 60 estos niños de los 212 que tiene el colegio matriculados, 31 de ellos están dentro de la comisión creada a propósito para tratar este problema, es decir, son habituales, mientras que otros 30 «saben manejarse para no entrar en la lista negra».

Mapa de absentismo

Realizado el mapa -en rojo calles con absentismo severo como Guacamayo o Pavo Real, y en naranja, con absentismo moderado-, el siguiente paso que darán es tirar de familias voluntarias o que cobren la renta de ciudadanía (que están obligados a poner todos los medios para que los niños acudan a clase) para convencer a los padres más despreocupados. Al esfuerzo de estas familias -calcula que unas 40- se sumará el de los jóvenes de la Universidad de Valladolid y de los ciclos formativos de integración que están realizando prácticas en el centro. Serán ellos, junto al propio director quienes se encarguen todos los días a las 8.45 y en grupos de dos o tres personas de recorrer las calles del citado mapa para recogerles portal por portal y llevarlos a clase.

¿Y cómo estímulo? «Llevaremos de todo: música, disfraces de payaso, pasacalles... Estoy hasta intentando conseguir patinetes para que vengan rodando al colegio», explica Roberto Rodríguez, cuya mayor satisfacción sería «que los niños al ver pasar la charanga dijeran ‘quiero ir al cole’».

«Hay familias que nos dicen que qué pesado es el niño que sólo quiere venir al colegio. Eso es lo que queremos conseguir»

El director del Cristóbal Colón asume que el proyecto no va a ser sencillo: «Hay niños que nos van a costar y vamos a fracasar porque tienen muy asumido el no ir al cole». Pero él insiste en querer romper esa inercia a veces adquirida por la herencia cultural -una gran parte de las familias son de etnia gitana-: «Hay familias que nos dicen que qué pesado es el niño que sólo quiere venir al colegio. Eso es lo que queremos conseguir». Pese a las dificultades, Alberto Rodríguez apuesta por empezar «cuanto antes» y la próxima semana mantendrá una reunión con las familias que actuarán de «gancho».

Proyecto piloto

El proyecto cuenta con el respaldo de la Concejalía de Educación, Infancia, Juventud e Igualdad del Ayuntamiento de Valladolid y también de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades. De hecho, la iniciativa comenzará a funcionar de manera piloto en este centro con la idea de extenderlo sin funciona a otros colegios de Castilla y León, detalla el director: «Llevaremos un control de las bajas y si la conducta es reiterada, los Servicios Sociales han dado su palabra de actuar».

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