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Carnavales en León: entre comparsas y guirrios

La Bañeza, Astorga, Velilla de la Reina o Llamas de la Ribera llenas sus calles de color y espíritu festivo

Gurrios y antruejos en Llamas de la Ribera (León) ABC

Durante los próximos días, los disfraces y el espíritu festivo inundarán todos los rincones del país con la llegada del carnaval. Festejos hay para todos los gustos, desde los más clásicos, a los más coloridos, pasando por los más tradicionales. La provincia de León es un buen ejemplo de cómo una misma celebración puede ser totalmente diferente en cuestión de kilómetros. Así, en este territorio, tienen grandes exponentes de dos modalidades: la más festiva, colorida y contagiada de la juerga de las comparsas y la más ancestral y tradicional en la que las máscaras esconden personajes con siglos de vida que cada año resurgen por estas fechas.

Son dos los municipios con más fama carnavalera en la provincia leonesa: Astorga y La Bañeza . En la capital maragata, la fiesta se hará esperar un poco más. Las charangas, el colorido y el espectáculo no llegarán hasta el Sábado de Piñata , que es el primer sábado después del martes de carnaval.

En La Bañeza, ya ha empezado a «correr el carnaval», como así se dice en esta localidad leonesa. Con el don de saber improvisar, de meterse en la piel de cada personaje para el que se enmascaran, sin miedo al ridículo y con el ánimo de vivir al límite la fiesta, los bañezanos se preparan a lo largo de todo el año para una fecha señalada en su calendario. No hay evento más importante en su municipio. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional , la celebración va mucho más allá de desfiles y disfraces, es una forma de vida, perenne, pero que vive en todos sus habitantes aguardando el momento de ser liberada.

Carnaval de La Bañeza

Tras el «Viernes Tranquilo», hoy se celebra el «Sábado de Chispas» –debido al personaje El Chisposo, gato que desde el balcón del ayuntamiento, cantaba la canción popular «Estaba el señor don Gato» bajo la mirada de los originales sombreros de los asistentes–. Este día La Bañeza entera se disfraza y el pregón da el pistoletazo de salida a la fiesta. El Domingo de Carnaval tiene lugar una particular gymkana y el singular desfile en el que se luce el traje del año anterior. El lunes, el disfraz se lleva al trabajo y al oscurecer cae la «Noche Bruja», la más popular. El martes es el gran desfile, presidido por la musa del carnaval; el miércoles, el mítico entierro de la sardina con un cortejo fúnebre de peñistas con traje, capa, chistera y larga barba; y el sábado, todo se acaba con la «Noche de Piraña».

Los más tradicionales

La representación del carnaval ancestral cuenta en esta provincia con varias localidades que mantienen aún la celebración de los antruejos . Con rasgos prerromanos, posiblemente asturcélticos, estos ritos sacan a la calle personajes pintorescos como los guirrios, los grandes protagonistas, cuya función es la de provocar el caos con carreras y persecuciones por las calles de los pueblos. Su misión consistía en recorrer casas y pueblos con aire festivo y la intención de provocar el susto y la impresión entre el gentío. Los que gozan de mayor popularidad son los de Velilla de la Reina y Llamas de la Ribera.

Un guirrio coge a una chica y salta al toro en el antruejo de Velilla de la Reina (León) ICAL

La noche del sábado, en Velilla de la Reina tienen lugar la tradicional hoguera en torno a la cual se procede al «encisnao» en el que todos los presentes acaban con la cara pintada de negro. La noche no se hace muy larga. El domingo es el día grande. Por sus calles desfilan disfraces de lo más variopinto, que incluyen desde máscaras de troncos a cráneos secos de animales o pieles que tapan la cara. Y en el desfile aparecen los guirrios, toros, gigantes, gomias y madamas . Todos ellos interpretan su papel en la representación de una serie de ritos que hacen referencia a la fertilidad de la tierra y de la mujer, la veneración de los animales y del toro como semental o el culto al fuego.

En Llamas de la Ribera, la celebración también representa escenificaciones cuyo origen se remonta a ritos de fertilidad del campo o la celebración de la naturaleza , enfrentamiento burlesco hacia las normas de la iglesia católica y derroche de festejos frente a los cuarenta días de cuaresma. También el domingo es el día grande en el que el desfile se convierte en un baile de seres singulares.

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