«Me cago en todo Cristo», la polémica actuación que incendia Cuéllar

El vídeo de la actuación se difundió rápido a través de las redes sociales y servicios de mensajería, y con él fue creciendo el enfado. Como «una mierda» , para empezar, define el grupo a Cuéllar, «el pueblo del absurdo», aunque para evitar decir directamente el nombre recurren al 40.200 de su código postal.

Y a partir de ahí, con la voz de Coral Martín y la guitarra y Borislav Aleksandrov a los coros, sube el tono de las críticas , que llevaron a varias personas a levantarse y marcharse de la actuación.

Carga contra la iglesia, tradiciones, asociaciones, vecinos y su modo de vida. « Me cago en todo Cristo, me cago en el alcalde, me cago en la parroquia , me cago en la procesión del Niño de la Bola, y aún me queda mierda para cagarme en toda tu iglesia», reza una de las estrofas entonadas precisamente en el pórtico del templo del barrio.

«Me cago en la puta asociación de Belenistas» , afea la intérprete del rap, pues considera que «aunque lo maquillen, perpetúan ideas fascistas». Ytambién critica una de las tradiciones más arraigadas en Cuéllar, sus encierros, los más antiguos de España y declarados Fiesta de Interés Turístico Internacional. « Sin lugar a dudas, lo peor del 40.200 son corridas y encierros , pagados con dinero del pueblo», entona la vocalista, que concluye con risas y satisfacción su intervención.

Una actuación que se ha encontrado no sólo con las molestias y quejas de los vecinos, así como de los colectivos aludidos, sino que también han llegado al ámbito político, pues la semana cultural de la que formaba parte cuenta con financiación del Ayuntamiento de Cuéllar, gobernado por PSOEe IU .

Desde el PP han pedido explicaciones . A través de un comunicado, el Grupo Municipal defiende «el derecho a la libertad de expresión, pero también cree en el derecho al honor de las personas y colectivos». Afean que hayan logrado «a un precio grande» el no haber dejado a «ningún cuellarano indiferente», siendo quizá «lo que perseguían». Eso sí, prosiguen, lo han logrado «buscando en enfrentamientos con los vecinos, asociaciones y colectivos».

«Hay que recordarles que la libertad de expresión termina cuando empieza la del siguiente, y no sirve decir que estoy defendiendo mis creencias cuando para ello insultas a otros colectivos », advierten desde el PP, que reclama «medidas para que este tipo de actuaciones no se vuelvan a repetir».

«Los sentimientos o los resentimientos se pueden expresar de muchas formas, pero que no dañen los valores y convicciones de los demás », subrayan.