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Salvador Rus Rufino - Un tiempo propio

Un bipartidismo multicolor

«Con poder se puede manejar una situación, con autoridad se ganan las elecciones y se realizan políticas que benefician a los ciudadanos».

EFE

En Castilla y León hay 2.248 municipios lo que supone algo más del 24% del total de los existentes en España. El peso de la Comunidad en el mundo de la municipalismo es importante. El sábado se constituyeron muchos ayuntamientos, aquellos que no tienen interpuesto un recurso electoral como los de León y Segovia. La mayoría de los municipios cuentan ya con alcaldes y gobierno. El resultado final de los pactos ofrece un nuevo panorama: el establecimiento y la consolidación de un bipartidismo multicolor. Cada una de las dos opciones, derecha e izquierda, está compuesta por un conjunto de tendencias que se configura un mosaico cuyas teselas son de un tono que contribuye a formar un conjunto unitario. Es un auténtico bipartidismo compuesto por varias versiones y sensibilidades políticas. En Castilla y León los pactos se han formalizado entre los partidos de cada grupo y se ha llegado a acuerdos para conseguir la designación de un alcalde. Este paso no es una meta final, es un fin medial que garantiza el inicio de una legislatura, pero no la continuidad y el final de la misma. Ahora todo depende de la capacidad de cada grupo político dentro de su adscripción para llegar a acuerdos y no hacer saltar por los aires el mosaico.

Los pactos han beneficiado a unos y han perjudicado a otros. Los ganadores lo celebran; los que se han visto excluidos, lo lamentan y claman revancha. Y como en todo lo que depende de la voluntad de los seres humanos, se han producido sorpresas, por ejemplo, en Burgos.

Lo que se puede percibir en el ambiente de los partidos, vencedores y vencidos, es un enfado por la forma y el método que se ha seguido para conseguir los objetivos. Los pactos y acuerdos se han cocinado e impuesto desde Madrid, donde se ha jugado con otros intereses muy alejados de las necesidades y de espalda a las circunstancias concretas de la Comunidad. Allí se ha planteado un auténtico cambio de cromos, que en muchas ocasiones se convertía para los afectados en una verdadera imposición. Un partido no puede perder tanta sensibilidad con sus votantes y militantes, porque más pronto que tarde, lo que parece conseguirse se pierde porque se crea lo que se podría llamar como una agrupación de agraviados, que esperan la próxima oportunidad para vengarse. Ha sido el caso de Ávila.

Los pactos locales y autonómicos hay que cerrarlos in situ porque la sensibilidad local y regional puede llegar a ser muy distinta a los intereses del partido en Madrid

Una enseñanza muy útil para todas formaciones políticas es lo que ha sucedido en el Ayuntamiento de Burgos. Salió quien se veía desahuciado y se quedó sin vara de mando quien pensaba que la tenía a buen recaudo. La derecha, les guste o no a muchos, está compuesta por tres partidos cada uno situado en un punto respecto al centro. Pero los tres son ya para la mentalidad española los que componen una nueva derecha sociológica. La exclusión, el ninguneo y la falta de diálogo con uno de ellos, provoca y provocará enfados que conducirán a que la derecha no gobierne donde podía hacerlo. Los políticos de uno y otro signo no deben crear y vivir en realidades ficticias porque éstas solo conducen al fracaso y a la frustración.

Es necesario llegar a convencerse de que la realidad política hoy ha creado un bipartidismo multicolor, en el que cada formación política tiene su importancia y su función en ese mosaico multicolor. Todas las teselas son necesarias para conseguir un conjunto cohesionado. Los pactos locales y autonómicos hay que cerrarlos in situ porque la sensibilidad local y regional puede llegar a ser muy distinta a los intereses del partido en Madrid. Finalmente, hoy algunas formaciones han conseguido el poder, que otorga la capacidad para hacer política e impulsar proyectos. Lo que queda es mucho más complicado, ganarse la estima social y la consideración del pueblo, eso se llama autoridad. Con poder se puede manejar una situación, con autoridad se ganan las elecciones y se realizan políticas que benefician a los ciudadanos, que son los que dentro de unos años con su voto dejarán a cada uno en su lugar, el gobierno o la oposición.candidato del PP a la presidencia de la Junta de Castilla y León, nos recordó en Zamora que quedan doscientos días para volver a las urnas y elegir a los representantes en los ayuntamientos, la Comunidad y en el Parlamento Europeo. Una cita con tres papeletas. El debate sobre el futuro de Castilla y León está abierto. Los candidatos y los partidos políticos hablan continuamente sobre los problemas de la Comunidad aportando soluciones, afinando las críticas y tratando de captar la confianza y el voto de los ciudadanos.

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