Más de 400 funciones de 34 compañías esperan al público en la 39 edición de Titirimundi en Segovia

Un total de 34 compañías que realizarán 402 funciones (200 en interior, 96 en patios históricos y 38 en la calle) en 29 espacios de la ciudad protagonizarán la trigésimo novena edición del Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia, que llegará también a 54 pueblos de la provincia gracias al apoyo de la Diputación Provincial.

Del deseo de preservar y difundir el arte del teatro de títeres como patrimonio cultural universal es de donde surge Titirimundi. Es también de lo que hablarán varios espectáculos de origen español que reunirá esta edición como 'Viva!', de La Loquace Compagnie; los botes de especias y legumbres que saca a escena El Patio Teatro en 'Conservando memoria', o 'Entrañas', que, desde la sencillez asoma al interior del cuerpo humano «para tratar de explicar qué es eso que llevamos dentro».

Bajo su batuta, también emerge 'Una rueda que da vueltas', de la compañía Almealera, un nombre que alude a la construcción circular de piedra que sirve para guardar el heno -quizá para no olvidar el origen-, en un homenaje a la última generación viva de molineros y molineras de agua de la provincia de Ávila. Y, desde Vila do Conde (Portugal), Lafontana regalará al público el universo decorativo de las latas de galletas, de esos autómatas de las cascadas de São João de Oporto, de los belenes mecanizados.

También, con las manos surgirá de la oscuridad el artista belga Hans Davis, en un espectáculo de ombromanía lleno de virtuosismo donde abundan más de 70 figuras. A él se sumarán, entre otros montajes llegados del extranjero, 'Quadri', de los titiriteros italianos Girovago y Rondella. Estos últimos presentarán también 'Manoviva', el espectáculo con el que se dieron a conocer en España, precisamente en Titirimundi, pero esta vez dentro del camión que en sus Teatri mobili comparten con sus hijos, quienes, a su vez, presentan 'Antípodas'.

Desde Hungría llega Mikropódium y su obra 'Stop', un montaje de varillas emblemático en la historia del festival, con pequeñísimas figuras y una técnica de construcción innovadora.

Los delirios y el amor estará presente en la 39 edición de Titirimundi con 'Cuando los hombres tengan alas' de la compañía franco-uruguaya La Malette, mientra que la compañía checa Alfa Teatro ofrecerá una versión de 'Los tres mosqueteros' en forma de caricatura escenificada.

Caricata, La Canica, Hilando Títeres y los titiriteros de Binéfar son algunas de las compañías cuyos montajes estarán destinados al público escolar. Además, la compañía segoviana Teatro Mutis se despedirá de la escena con tres espectáculos emblemáticos de una trayectoria «en la que no ha parado de dar rienda a su imaginación» como son 'Las aventuras de la intrépida Valentina', 'El espantapájaros fantasma' y 'Tutankamón, el niño faraón'.

Por último, los talleres de construcción de títeres para niños, de la mano de Gabriel Belloni, El trastero de Lula y Planeta Dots, y Titiricole volverán a completar la programación de esta nueva edición.

El festival saldrá una vez más fuera de la provincia y llegará a 14 ubicaciones diferentes como Barañáin (Navarra), Burgos, Candeleda (Ávila), León, Palencia, Salamanca y Zamora; sin olvidar el Centro Comercial Arturo Soria Plaza, Guadarrama, Móstoles, Museo Lázaro Galdiano, Quinta de los Molinos, Soto del Real y Teatro de Títeres de El Retiro en Madrid. Asimismo, el certamen recorrerá otros lugares como Redondela (Pontevedra). Con un total de 509 funciones, la trigésimo novena edición comenzará su gira el próximo 25 de abril con el Carrusel d'Andrea y su poética finisecular decimonónica, y se extenderá hasta el 25 de mayo.

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«Un festival de esta envergadura no se puede realizar sin un equipo de profesionales con un bagaje importante, un público entusiasta ávido de aventuras escénicas y las instituciones que apoyan y afianzan económicamente todo lo que significa la historia, el presente y el futuro de Titirimundi», ha destacado la directora del certamen, Marián Palma, a la vez que explicaba que se trata de «un desafío organizar un festival de estas características sin conocer el presupuesto del que se dispone», una situación que, según ha recordado, «se lleva arrastrando desde hace años por una falta de compromiso y condiciona no solo la forma de trabajar, sino la responsabilidad explícita con el espectador», informa Ical.

Según ha detallado, esa realidad, en muchas ocasiones, supone la pérdida de oportunidades, no pudiendo traer grandes espectáculos a Segovia por la imposibilidad de saber si el Festival podría sostener el gasto.