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GASTRONOMÍA

Vinos Llámalo X: modernidad y tradición maridadas en Villarrobledo

José Joaquín es un joven enólogo, sucesor de una familia de larga tradición vitivinícola, que ha desarrollado este proyecto basado en vinos de variedades autóctonas de viñas viejas criados en tinajas de barro centenarias

José Joaquín, a la izquierda, en la última Barcelona Wine Week abel valdenebro
Mariano Cebrián

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De casta le viene al galgo, como se suele decir. Un dicho que en el caso de José Joaquín le viene como anillo al dedo. Este joven enólogo, natural de la localidad albaceteña de Villarrobledo, es el sucesor de una saga de tres generaciones de profesionales dedicadas al mundo del vino que ahora se ha plasmado en un proyecto innovador, pero con sabor a antaño y variedades de uva autóctonas, con el imaginativo nombre de Vinos Llámalo X.

Una marca que, como muchas cosas, nació fruto de la casualidad, pero que hunde sus profundas raíces en una tierra con una larga tradición vitivinícola, como los viñedos que su familia ha mimado con esmero a lo largo de las décadas. El responsable de la empresa, José Joaquín, aún recuerda cómo su abuela ya cultivaba sus viñas, de las que obtenía la uva con la que elaboraba el vino y la mistela tan apreciada entre los vecinos del pueblo, aunque parte de la cosecha la vendía también a la cooperativa del pueblo.

Dos hijos cogieron el relevo de ese saber hacer de su abuela: uno en La Mancha y otro en las Islas Canarias, en concreto en la isla de La Palma, donde, aparte de volcanes, se hace un vino de mucha calidad. Pero, sin marcharse de Villarrobledo, los sobrinos y los nietos de esas generaciones que les han precedido son los que pusieron en marcha en 2021 este pequeño proyecto que, pese a ser nuevo, ya comienza a estar en boca de muchos.

Según explica a ABC el enólogo de Vinos Llámalo X, su filosofía consiste en «elaborar vinos con variedades autóctonas y viñedos viejos criados en tinajas de barro centenarias, como a la antigua usanza, pero no por moda, sino por lo que aporta a los caldos, ya que ahí se estabilizan por sí solos, sin añadidos ni intervención». Fruto de ese trabajo, son las dos líneas de vinos que elaboran: por un lado, monovarietales y vinos de parcela, cuya marca es la huella de una mano, y, por otro, la marca 'Llámalo X', que es un coupage de uvas de distintas parcelas.

En sus viñedos se encuentran las variedades autóctonas o minoritarias como Airén, Pardilla, Cencibel, Moravia, Bobal, Garnacha, Moribel, Tinto Fragoso, Crujidera, Montonera del Casar y este año han introducido la Pardilla, la Jaén y la Listán Prieto. Todas ellas, cultivadas con prácticas respetuosas con el medio ambiente y buscando siempre la calidad de la uva en detrimento de la cantidad.

José Joaquín, durante una cata en su bodega de Villarrobledo (Albacete)

De este modo, han recuperado un viñedo con 700 cepas de la variedad Monastrell que estaban abandonadas, con las que, según señala José Joaquín, elaboran un vino «sin imitar lo que hacen otros con esta uva, a nuestra manera». De igual modo, han puesto en valor las variedades Cencibel y la Airén, «con una imagen tan denostada», a la que le han dado un toque propio y han elaborado un vino con más cuerpo.

Por no hablar de la Crujidera (también conocida como Moravia dulce), una uva muy minoritaria de La Mancha que quedó en desuso, pese a su resistencia a la filoxera, con la que elaboran un vino muy fresco y aromático que crece aún más en las tinajas de barro. Lo hacen en colaboración con un agricultor de la localidad de El Provencio (Cuenca), donde tiene parcelas con viñas viejas de esta variedad a la que ahora le han dado una nueva vida.

Pero, además, llevan a cabo un proyecto junto con el Centro de Investigación de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (Ivicam), ubicado en Tomelloso (Ciudad Real), donde están investigando y haciendo cosas nuevas con Montonera del Casar, Tinto Fragoso y Moribel, otra de esas variedades autóctonas y minoritarias que resistió a la filoxera.

El objetivo de Vinos Llámalo X es, según reconoce su responsable, «desarrollar vinos frescos y originales para atraer a un público joven y tener presencia en gastronomía». De hecho, aunque tienen venta directa de sus productos en su pequeña bodega de Villarrobledo, están presentes ya en Madrid, Valencia, Albacete, Cuenca y también en la isla de La Palma gracias al tío de José Joaquín, que ha llevado los sabores de La Mancha a las Canarias.

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