Cuenca
La villa de Noheda sale a la luz al abrir el centro de interpretación de uno de los mosaicos más grandes del Imperio Romano
Este espacio, que se encuentra a escasos 20 kilómetros de la capital conquense, abrirá el próximo sábado, 1 de julio y hasta el 31 de septiembre, y lo hará de jueves a domingo de 11.30 a 14.30, a un precio de 2 euros
¿Qué se comía en los banquetes de una villa romana del siglo IV d.C.?
Detalle del mosaico de la villa romana de Noheda, en la provincia de Cuenca
Cuatro años después de que abriera al gran público el yacimiento arqueológico de la villa romana de Noheda, por el que han pasado a lo largo de estos años miles y miles de visitantes, en la pequeña localidad de Villar de Domingo García ( ... Cuenca, 222 habitantes), ahora lo hace el centro de interpretación con el que se completa la oferta patrimonial y turística de este pueblo.
Este espacio, que se encuentra a escasos 20 kilómetros de la capital conquense, abrirá el próximo sábado, 1 de julio y hasta el 31 de septiembre, y lo hará de jueves a domingo de 11.30 a 14.30, a un precio de 2 euros y se puede reservar la visita llamando al teléfono 651 919 852 o en el correo electrónico centredeinterpretacionnoheda@gmail.com y obtener más información en la página web www.cuenqueando.com.
Una oferta que se suma a los numerosos vestigios de época romana que atesora la provincia de Cuenca y que van de los yacimientos arqueológicos de Segóbriga, Ercávica o Valeria a las minas de lapis specularis que se extienden por los alrededores, desde las que salía el espejuelo, un tipo de piedra de yeso traslúcido muy valorado en la Antigua Roma que se explotaba para la fabricación, a modo de cristal, de ventanas fundamentalmente durante los siglos I y II d. C. en Hispania.
En el centro de interpretación, aparte de lo que se puede contemplar in situ en el yacimiento de Noheda, se puede ahondar en algunos de los hallazgos producidos en ese lugar, como es uno de los mosaicos más grandes en lo que fue el Imperio Romano. Datado en el siglo IV d.C., esta joya se situaba en el salón de estar de la villa, lo que se conoce como triclinium, donde descansaba y agasajaba a sus huéspedes el propietario y señor de estos lares.
Por las fechas, este dominus -como se denominaba a los señores de estas villas romanas- tendría que ser alguien muy influyente y con un poder económico altísimo en la época del emperador Teodosio (379-395 d.C.), que además era hispano, recuerda a ABC el arqueólogo responsable de las excavaciones y director de ese yacimiento, Miguel Ángel Valero. «Lo que allí se ha encontrado responde a las características típicas de lo que era una villa romana , algo parecido a lo que son actualmente los cortijos o las haciendas en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha», explica el también diputado provincial de Patrimonio.
Este conjunto estaría formado por la casa de recreo del dueño, las viviendas del resto de trabajadores que residen allí durante todo el año y, por último, un gran número de dependencias que dan servicio a este pequeño pueblo, como una fragua, unas caballerizas, una carpintería, un taller de textil, un lagar o un horno de pan. Después de 13 campañas de excavaciones, han salido a la luz más de 4.000 metros cuadrados de edificaciones que incluyen las termas privadas del señor.
Y, por otro lado, una parte de la zona residencial de la domus o vivienda del señor, donde destaca, sobre todo, el triclinium de 290,64 metros cuadrados en el que ha aparecido el gran mosaico en el que se representan escenas de la mitología clásica, como el Juicio de Paris o el mito de Pélope e Hipodamía, a lo que se suman dos pantomimas, un cortejo dionisiaco y un Thiasos marino.
Según subraya Valero, el triclinium de Noheda es el segundo más extenso del Imperio Romano y el mosaico figurativo es uno de los más grandes. «Además -apunta-, este mosaico es diferente a los demás por una serie de características: su estado de conservación es muy bueno, sus teselas son milimétricas, su grado de detalle, su composición o su estilo narrativo».
El arqueólogo y director del yacimiento de Noheda, Miguel Ángel Valero, sobre uno de los mosaicos de la villa romana
Asimismo, la Diputación de Cuenca continúa con la rehabilitación y reconstrucción volumétrica del balneum de Noheda, después de haber realizado una reunión técnica con la dirección de la obra y haber reanudado los trabajos, y esperan que las obras estén terminadas este verano. Esta infraestructura tiene una inversión de un millón de euros y está permitiendo levantar las estructuras de acero que emulan el aspecto original que tuvo este edificio en el siglo IV d.C.
El balneum es como se denominaba habitualmente a los baños privados de las villas y de las viviendas urbanas de las clases privilegiadas romanas. Un conjunto de estancias frías y calientes adaptado al uso doméstico a partir de las termas públicas romanas, que en el caso de Noheda tiene una extensión de casi 1.000 metros cuadrados distribuido en las distintas estancias: narthex, apodyterium, frigidarium, natatio, tepidarium, caldarium, así como varios praefurnia.
Según informa la Diputación de Cuenca en una nota de prensa, en estos momentos se está ultimando la reconstrucción en malla de acero de este espacio, emulando la basílica situada en Siponto, que recibió múltiples galardones sobre los nuevos modos y maneras de realizar la museografía en yacimientos arqueológicos. Están en el yacimiento las cerchas de más de 35 metros que van a permitir que la luz permita una mejor experiencia al visitante.
El diputado de Patrimonio señala que estas mejoras en las infraestructuras se están complementando con un «trabajo científico que está mejorando el conocimiento del mundo romano en el siglo IV de nuestra era, así como de los antiguos pobladores de Noheda». De hecho, han permitido aflorar una cavidad en el subsuelo que era utilizada por los propietarios de esta villa romana para calentar las estancias y canalizar el agua, que se encuentra en un excelente estado de conservación.
Valero subraya que esta intervención en el patrimonio sigue la máxima seguida por la Diputación de Cuenca de invertir en estos elementos que generan riqueza en el medio rural, mientras se ha seguido un proceso de restauración «respetuoso, reversible e innovador que ha puesto a Cuenca en el siglo XXI de la museografía patrimonial».
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