Tom Waits resuena con viejas versiones en el Teatro de Rojas de la mano de L'orchestre d'Hommes-Orchestres

Se trata de 'Playing Tom Waits', una original obra en la que seis músicos con más de 100 instrumentos, recuperan el legado del músico, nacido en Pomona (California) en 1949. En esta original pieza los actores inician un viaje original por la música. Uno toca delante del otro, encima del otro, se ponen la cuerda al cuello... en una actuación alocada.

Tras recorrer diferentes escenarios europeos y americanos, 'Playing Tom Waits' recupera de forma original -con flores y cuchillos puntiagudos-, unas canciones que retumban por todo el escenario, consiguiendo atraer el entusiasmo de todos los asistentes.

Además, la 'Orquesta de los Hombres Orquesta' también propone una mirada oblicua sobre la actuación y la presencia del actor, compositor y cantante, gracias a la fuerza de un juego que provoca desequilibrios que desarman una relación sin artificios con el espectador.

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La banda ahonda en el rico repertorio y universo de Tom Waits para transformar sus canciones en una sinfonía armónica y percusiva. «Realmente hacemos lo que queremos con su música, con mucho respeto», ha explicado Bruno Bouchard, vocalista de la banda y multiinstrumentista. «Puedes reconocer la mayoría de las canciones, pero nos dimos un margen artístico para interpretarlas». Y así, con humor, alocados y extravagantes, los músicos de L'Orchestre d'Hommes-Orchestres, lleva al público a un viaje por la cultura estadounidense al ritmo del jazz, el blues, el rock, el hip hop y la poesía.

Para ello, la orquesta que se fundó en Quebec (Cánada) en 2002, busca nuevas texturas sonoras utilizando instrumentos de música inusitados, inventados o hallados en el barreño de toda la vida, convirtiendo su interpretación en todo un amalgama de las artes escénicas, en el que están presentes la música, la actuación, el teatro de calle e intervenciones urbanas.

La obra gira alrededor del personaje del hombre orquesta (hombre para todo, que no tiene otro talento particular que saber hacer un poco de todo, pero todo a la vez), el colectivo hace de todo, sin poseer por ello los talentos particulares o los conocimientos requeridos; hace falta, pues, salir a buscar soluciones no trilladas, reinventar la virtuosidad en otro sitio, consiguiendo una esperada reconciliación entre arte actual y cultura popular.