Los toledanos se rinden ante la Virgen del Sagrario

Cientos de toledanos han renovado este 15 de agosto, en el claustro de la catedral primada de Toledo, la tradición de beber del agua de los botijos

Los toledanos bebiendo de los botijos, en imágenes

Toledo vibra en la víspera de sus fiestas

REPORTAJE GRÁFICO: H. FRAILE

En un día precioso de verano, con una ligera brisa y después de días sofocantes de calor. Así ha celebrado la ciudad de Toledo a su patrona, la Virgen del Sagrario, que ha procesionado por las naves del templo primado tras la solemne misa ... de las once de la mañana. «Ha sido impresionante, la catedral estaba a rebosar de gente». Este era el comentario de la mayoría de los toledanos que han vuelto, un año más, a rezar y visitar a su Virgen y, después, a beber el agua milagrosa de los botijos en el claustro de la catedral, una tradición que ya regresó el año pasado tras la pandemia, pero que esta vez ha desbordado todas las previsiones, con largas colas para acceder al templo en los momentos centrales de la mañana. Desde primera hora, los fieles han ido desfilando por el claustro, en donde estaban dispuestas las mesas y los más de 30 botijos repletos de agua del aljibe del templo, «agua fresca y cristalina», según la leyenda.

Cientos de personas han abarrotado el templo primado para asistir a las misas que se han ido celebrando durante todo el día. La más concurrida, como siempre, la que ha oficiado el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, y a la que asistieron las autoridades, como el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, con su collar de la Comunidad Mozárabe, y la delegada del Gobierno en Casitlla-La Mancha, Milagros Tolón, acompañada del jefe superior de Policía de Castilla-La Mancha, Javier Pérez Castillo, y por el coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo, Francisco Javier Vélez.

Han asistido también otras autoridades, como la portavoz del Gobierno regional, Esther Padilla; la presidenta de la Diputación, Concepción Cedillo; el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez o el senador Vicente Tirado, además de la vicealcaldesa de Toledo, Inés Cañizares, con el resto de los concejales de la Corporación toledana.

Antes de la misa, el alcalde, Carlos Velázquez, ha aprovechado para felicitar a todos los toledanos en el día grande de su patrona y protectora, la Virgen del Sagrario. «Una festividad muy querida por los ciudadanos y que se completa con la tradición de beber agua de los botijos, el agua de la Virgen, tan milagrosa y que durante años, como consecuencia de la pandemia, no hemos podido disfrutar y, a partir del año pasado, ya se pudo recuperar la tradición, tal y como era, bebiendo directamente de los botijos», ha dicho.

Carlos Velázquez ha hablado también de conservar las tradiciones, sobre todo, en una ciudad como Toledo «con un legado de historia maravilloso, ciento de años de tradición, que hoy vuelven a ponerse al servicio de los ciudadanos».

Por último, el alcalde de Toledo ha agradecido la labor que realizan en este día los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, personal sanitario, Protección Civil, voluntarios y trabajadores del Ayuntamiento, que «garantizan la seguridad y la tranquilidad de los ciudadanos y además, permiten que podamos disfrutar de este día sin incidentes». Ha animado el acalde a todos los toledanos a disfrutar de este día grande de Toledo y «de los días de fiesta que quedan por vivir en la ciudad».

Por su parte, la consejera Portavoz, Esther Padilla, ha felicitado, en nombre del Gobierno del presidente García-Page, «especialmente a los toledanos y toledanas que hoy se acercan en el día de la Virgen del Sagrario a vivir su fe, a vivir también esta tradición de Toledo y a rememorar emociones; porque todas las festividades al final nos recuerdan motivos de familia, de entorno, de momentos importantes en nuestra vida. Y creo que es una manera de vivir en comunidad, de vivirla en conjunto». Padilla ha señalado también que mantener vivas las tradiciones es, además, «una manera de recordar que unidos y unidas todos somos más fuertes». Durante su intervención, ha invitado a toda la gente que no es de Toledo «a que venga a conocer también esta bonita tradición», aprovechando, además, este significativo puente del 15 de agosto.

La tradición tiene sus orígenes en el siglo XVII, cuando finalizadas las obras de la capilla de la Virgen del Sagrario se realizaron ocho días de fiestas en acción de gracias. Habían acudido numerosas personas de los pueblos de alrededor y era tal el calor intenso que numerosos fieles abandonaban la catedral para refugiarse en lugares más frescos. Ante tal problema, las autoridades eclesiásticas ordenaron la construcción de tarimas para distribuir jarras rebosantes de aguas cristalinas provenientes de los pozos.

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