La restauración del Nuncio Nuevo, sede de la Consejería de Hacienda, llega a su fin tras casi dos años de obras

Los más de 200 funcionarios que acogía en pleno Casco Histórico fueron trasladados en su mayoría al edificio Cemar, en el barrio de Buenavista Buenavista. Tras la recepción de las obras, la Administración regional está trabajando ahora para diseñar un plan para el regreso de los trabajadores, aunque aún no se ha hecho oficial la fecha. Fuentes de la Consejería confirmaron a ABC que la obra se «se ha recepcionado en los tiempos previstos inicialmente», aunque no han dado más datos sobre la mudanza.

Las obras comenzaron en marzo del pasado y el objetivo era que el edificio estuviera en funcionamiento en un plazo de 24 meses desde el inicio de las actuaciones. El proyecto se enmarca en el programa del Gobierno de Castilla-La Mancha para rehabilitar edificios públicos con el fin de mejorar su eficiencia energética y ambiental mediante el uso de energías renovables, así como su habitabilidad, accesibilidad y conservación.

Así, se ha trabajado en mejorar la climatización sustituyendo la caldera de gasóleo y de la instalación frigorífica por equipos de aerotermia de alta eficiencia; reparar toda la carpintería de puertas y ventanas; aislar cubiertas; sustituir la iluminación actual por led y cubrir los cuatro patios del inmueble, lo que también contribuirá a mejorar la eficiencia energética y habrá más espacio útil.

El Gobierno regional explicó en su día que esta actuación, cofinanciada por la Unión Europea con fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, reducirá el consumo de energía de entre un 45 y un 50 por ciento con un presupuesto cercano a los trece millones de euros

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El Hospital Nuncio Nuevo fue proyectado por Ignacio Haan entre 1789 y 1790, al iniciarse el reinado de Carlos IV y fue concebido como hospital especializado para atender enfermos mentales y conocido desde entonces en la ciudad como el "manicomio". En noviembre de 1976 cesó su actividad, al trasladarse a unas nuevas instalaciones cerca del barrio de Azucaica.

Entre 1978 y 1984 se hicieron obras parciales para acoplar aulas universitarias -uso nunca aplicado-, y una fugaz residencia de ancianos, según explicaba el historiador Rafael del Cerro en una de sus ilustrativas colaboraciones en ABC: «En noviembre de 1985 concluyó la total remodelación del edificio para albergar servicios de la administración autonómica de Castilla-La Mancha, destinados ahora a la Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas». Aquella intervención fue realizada por los arquitectos J. M. Gentil, J.M. Marsá y G. Cabeza) «otorgó una percepción más despejada y luminosa a los geométricos y elegantes espacios interiores, sumergidos, desde hacía casi dos siglos, en el oscuro modelo de una antigua asistencia aplicada a los enfermos mentales, generalmente recluidos de por vida en este monumental edificio hospitalario». Ahora, el edificio se ha modernizado mejorando su eficiencia energética y adaptándose al siglo XXI.