TOLEDANOS DE ÉXITO

«Si quieres un hijo, no hay que ser rico para ir a un centro privado»

Jefa de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Ruber Internacional de Madrid

ABC

MARÍA JOSÉ MUÑOZ

Sus ámbitos de actuación abarcan desde la ginecología oncológica hasta la fecundación in vitro, y es una auténtica entusiasta de su oficio. Trabaja en uno de los hospitales privados más conocidos de España; en él nacieron las infantas Leonor y Sofía, y es frecuente ver ... apostados a los fotógrafos de prensa por la cantidad de famosos que acuden a sus consultas.

Aunque nació en Madrid, con tan sólo dos años marchó a Toledo con sus padres, Rodrigo Carrillo de Albornoz, militar retirado, y Elena Riaza. Aquí pasó toda su infancia, adolescencia y juventud. Estudio Medicina en Madrid y aprobó el MIR en La Paz como alumna aventajada.

La Unidad que dirige ayuda a las parejas que tienen dificultades para conseguir un embarazo, tanto en el diagnóstico como en los distintos tratamientos existentes. «En el Ruber se utilizan las técnicas más avanzadas de Reproducción Asistida y es un hospital que, tanto desde el punto de vista del personal como de medios técnicos, se sitúa en vanguardia. Yo creo que hacemos las cosas muy bien», comenta a ABC. «Las mujeres cada vez posponemos más la edad a la que nos queremos quedar embarazadas y eso, hoy por hoy, es un inconveniente para conseguir un embarazo».

«La edad biológica ideal hoy en día no es la edad ideal personal, y no cabe la menor duda de que con la vida que llevamos las mujeres, con nuestro desarrollo profesional, lo tenemos muy complicado para sincronizar el trabajo con el momento óptimo a nivel reproductivo. Hay mayor riesgo, y de eso les informamos, pero en cualquier caso es una opción absolutamente personal», añade.

Los porcentajes de éxito en fecundación in vitro se han ido incrementando con los años. «En muchas técnicas son mayores del 50%. Una de cada dos mujeres que entran en un ciclo de reproducción se va a quedar embarazada, y lo normal es que alrededor del 90% de las parejas que entran en el programa de reproducción salgan con un embarazo», explica.

Al ser el Ruber Internacional un hospital privado no todas las economías tienen acceso a estas técnicas. La doctora Carrillo de Albornoz dice que «en la sanidad pública sólo tienes tres oportunidades para quedarte embarazada y la edad límite para iniciar un tratamiento de reproducción son los 40 años. Teniendo en cuenta las listas de espera, las mujeres mayores de 38 o 39 años no tienen opción de acceder a esos centros. Entonces, las parejas tienen prisa, las mujeres han pospuesto el momento de quedarse embarazadas y si tienen que esperar dos años de lista de espera, intentan ir a un centro privado. Cuando quieres tener un hijo no hace falta ser rico para ir a un centro privado de reproducción, puedes tratar de financiar el ciclo de alguna manera para tratar de conseguir tu objetivo y tu deseo, que es tener un hijo. Es un dinero muy bien empleado, ¿no?».

—¿Hasta qué edad se atiende a la mujer en reproducción asistida?

—Hasta los 50 años.

—Si no tienen la menopausia, claro.

—Bueno, eso, hoy en día, con tratamientos específicos como una donación de óvulos y preparando el útero, no es un problema.

—¿Y usted suele animar a las mujeres con esas edades a que, si quieren ser madres, sigan adelante?

—Yo les informo de que los riesgos aumentan en el embarazo con la edad, porque hay más posibilidades de tener hipertensión, diabetes, o amenaza de parto pretérmino. Pero en una paciente mayor de 40 años, sana, que quiere tener un hijo, nosotros podemos ayudarla para quedar embarazada hasta el límite recomendado por la Sociedad Española de Fertilidad, que son los 50 años.

—¿Se siente orgullosa de algún embarazo concreto?

—Los que te cuestan más y les echas muchísimas más horas, más ganas, más empeño y donde la pareja no abandona, confía en ti, y trata de poner toda la carne en el asador por conseguirlo. A esas parejas siempre las tienes en tu mente. Celebramos las pruebas de embazado positivas con mucha alegría, gritos y fiestas.

—Seguro que la han invitado a muchos bautizos.

—Muchas veces y Elena se llaman algunas de las niñas. Acabas entablando una relación muy especial porque son muchas horas, mucho esfuerzo, entusiasmo y sacrificio. Cuando fracasas, fracasas al cien por cien. Sólo tienes éxito cuando consigues un niño, y además un niño sano en casa.

—¿Qué otras actividades realiza?

—Hacemos cosas muy interesantes en cirugía laparoscópica. En el Ruber disponemos de un robot avanzado, llamado Da Vinci, que opera por vía endoscópica. Tiene dos ventajas fundamentales, la precisión de un robot que se mueve en unas coordenadas de milímetro y que anula el posible temblor humano que pueda haber al manejar unas pinzas, y te permite ver en tres dimensiones, con lo cual proyectas el campo visual cuando estás operando, cosa que no ocurre con las técnicas laparoscópicas tradicionales. Es de gran ayuda en operaciones complejas como cánceres de endometrio, de ovario precoces y de cérvix. También en endometriosis complejas y miomectomías.

—¿Qué hace en su tiempo libre?

—Jugar al tenis, hacer pilates, nadar, viajar, estar con mi familia y mis amigos. Y estudiar medicina.

—¿Va mucho por Toledo?

—Claro, allí están mis padres, mis hermanas y sobrinos. Llegué con dos años, estudié en las Carmelitas, luego fui al instituto El Greco y tengo allí un montón de amigos. Como es una ciudad tan maravillosa, con mis amigos de Madrid siempre hay algún motivo para hacer alguna escapada y visitar una exposición, o comer. Me encanta callejear por el casco histórico.Voy mucho de cicerone y estoy muy orgullosa de mi ciudad y de ser toledana.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios