Según el Ministerio Público, el procesado aprovechó que se encontraba a solas con un niño de diez años para manosearle el pecho y sus órganos genitales por encima de la ropa, además de frotar su pene contra los glúteos del pequeño. En su momento, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Talavera acordó la prohibición del acusado de aproximarse a no menos de 150 metros, además de no comunicarse con el crío.
El inculpado tiene antecedentes. La Audiencia de Toledo ya lo condenó precisamente en 2019 a una pena de prisión de dos años como autor de un delito de abuso sexual a un menor de 13. Sin embargo, fue suspendida el 19 de diciembre de ese año por un plazo de un lustro.
El otro caso está señalado en la Sección Primera para el miércoles. En su escrito de acusación, el fiscal no fija la fecha de los hechos, «en todo caso, próxima al 18 de septiembre de 2017», indica. A tenor de su relato, una noche el acusado accedió a un bar de Toledo capital que estaba a punto de cerrar. En una de las mesas, había sentada una niña de 6 años, sola y enfrascada en sus tareas escolares, que era la hija del matrimonio que regentaba el negocio.
El procesado se sentó junto a la pequeña, que vestía una falda y a la que «comenzó a acariciar una de sus piernas, de forma sutil para evitar llamar la atención de su padre, que se hallaba en el bar dedicado a sus quehaceres», según el representante del Ministerio Público. El progenitor se dio cuenta, le llamó la atención a gritos y el inculpado se separó de la chiquilla y fue expulsado del local por el padre.
La Fiscalía pide tres años de prisión y otros seis más de libertad vigilada, así como la obligación de someterse a un programa en materia de educación sexual y perspectiva de género.
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