La inconfundible banda sonora de nuestros veranos
Cada verano las orquestas llenan de ritmo y alegría las verbenas de los pueblos. El público de Castilla-La Mancha responde con efusividad y respeto a los múltiples espectáculos que llenan las plazas de todos los municipios
Gabriel Moreno
Toledo
Comienza a caer la noche, el reloj, con suma puntualidad, marca las 12 y el cuerpo ya lo sabe. Entre el cansancio y alguna copa de más, la masa avanza impetuosa hacia la plaza Mayor en busca de un ritmo fiestero que la mantenga ... en pie. La música comienza a sonar para romper con el traqueteo de los puestos de comida rápida y darle el pistoletazo de salida a la noche. Es entonces cuando la verbena empieza a causar sus primeros efectos. Los más puntuales calientan con un puñado de pasodobles mientras la plaza, poco a poco, empieza a tomar color con la aparición de las primeras peñas.
Según avanza la noche, ritmos latinos y las bachatas empiezan a apoderarse de los cuerpos para arrancar definitivamente la maquinaria de la diversión. El resto del show ya es pura teoría. Los éxitos más actuales confluyen a la perfección con los himnos que ponen la banda sonora a cada uno de nuestros veranos. Un alud de sentimientos y emociones que se prolonga hasta altas horas de la madrugada, donde ya solo quedan los más valientes a la espera de cerrar por todo lo alto otra noche más de verbena.
A pesar de ser uno de esos elementos intemporales que nos han acompañado a lo largo de tantos veranos, lo cierto es que las orquestas han sufrido una evolución significativa paralela a las corrientes musicales que en ese momento confluían en la sociedad española. A un lado quedaron ya esas verbenas 'clásicas' de pueblo, donde los bailes lentos y los boleros eran los protagonistas principales de las noches de fiesta. Ahora estas melodías amorosas han quedado relegadas a los primeros compases de estas actuaciones, donde los más mayores todavía siguen rememorando aquellos gloriosos años de la juventud pasada.
Cuando la música llena de vida la noche de los pueblos de España
Ántar VidalEl 15 de agosto es el día grande de las verbenas en todo el país, pero en ningún sitio se viven con la misma pasión que en Galicia
Las orquestas se han convertido en una especie de viaje temporal a lo largo de la historia de la música, logrando de alguna manera una de las cosas más difíciles que existen en este mundo: poner de acuerdo a todo el mundo con una sola canción. Seguramente esas memorables noches de jarana no serían lo mismo sin algunos himnos de las orquestas como lo son 'Fiesta Pagana' del Mago de Oz, 'La Bomba' de King África, 'Mentirosa' de Ráfaga o 'Ave María' de David Bisbal entre muchísimos otros. Actualmente, la irrupción de la música urbana y el reggaeton ha obligado a las orquestas a reinventarse para buscar un equilibrio armónico entre lo moderno y lo tradicional, llegando a combinar artistas tan míticos como los Celtas Cortos, Fito y los Fitipaldis o Melendi con referentes del nuevo panorama urbano como Quevedo, Rosalía, Karol G o Duki.
En carretera
El show verdaderamente nunca termina para los integrantes de una orquesta. Quizás por la adrenalina de enlazar tantas actuaciones o por la profesionalidad que los distingue, los músicos no le echan mucha cuenta a las horas de sueño. En muchas ocasiones se ven obligados a enlazar varias actuaciones consecutivas, convirtiendo las carreteras más inhóspitas de la geografía nacional en su dormitorio particular. «La base principal de este trabajo es conseguir adaptar el cuerpo al cambio de horarios», explica Manuel Campos, responsable de la orquesta talaverana 'Nuevo Versalles'. Durante esta última semana, su equipo ha sido capaz de empalmar varios bolos desde el día 13 hasta el 18 de agosto por varias localidades del país. Seis días de absoluta locura en los que tratan de enlazar el mayor número de actuaciones posibles con la finalidad de no darle al cuerpo la oportunidad de relajarse y perder así rendimiento sobre el escenario. «Lo peor no es el número de bolos que des, lo malo realmente es cuando tienes días que actúas y al siguiente no, obligando a parar al cuerpo» asegura el representante.
A simple vista, una orquesta puede parecer un espectáculo sencillo y sin mucho misterio, pero realmente encierra más secretos de los que podemos imaginar. Más allá de los componentes musicales que interactúan con el público durante la puesta en escena (cantantes, bailarines, músicos y coristas), entre las bambalinas se esconde un amplio equipo de técnicos de luces, sonido y montaje que velan cada noche por el normal transcurso del espectáculo. «Los que más sufren durante estos días son los chicos de montaje que son los apenas descansan, aunque el cansancio es acumulativo para todos», afirma Manuel Campos.
Este estilo de vida nómada es el pan de cada día de esta orquesta de Talavera de la Reina, que se encuentra en activo durante la práctica totalidad del año recorriendo las verbenas por toda España. «Estamos en activo durante todo el año salvo en noviembre que es el mes que menos actuaciones suele haber, por que aparte de la temporada de verano también nos contratan para la época de los carnavales y de las fiestas navideñas», explica Elena Campos, segunda representante de la orquesta Nuevo Versalles.
Ser componente de una orquesta no es ninguna tontería. La competencia en este sector cada vez es mucho más voraz y cuenta con un mayor número de profesionales procedentes del mundo del espectáculo. Dentro del gremio de la animación musical se requiere de algo más que una bonita voz. Tener una buena forma física también es necesario para este tipo de trabajo, ya que cantar a la vez que te mueves por el escenario requiere de un esfuerzo importante. La memoria es otro de los puntos fuertes que tiene que tener un cantante, ya que tiene que ser capaz de memorizar decenas de canciones para una sola actuación. Sobra decir que la creatividad y la capacidad de improvisación sobre el escenario es también un aspecto fundamental para conseguir que la fiesta tenga fluidez y ritmo.
Constancia
Cristina Fernández es una de esas profesionales que saben avivar y prolongar la llama de la fiesta durante esas noches de verbena gracias a su carisma natural y a su energía sobre la tarima. Actualmente desarrolla las labores de directora artística y vocal de la orquesta Krypton, otra de las agrupaciones que mayor popularidad tiene por las fiestas de los pueblos de la provincia.
«Las principales virtudes que debe de tener un vocal de una orquesta creo tiene que ser la versatilidad sobre el escenario y la constancia a la hora de trabajar», asegura Cristina. Otro de los aspectos importantes de un buen intérprete pasa por proteger y afinar su instrumento, la voz. «Sobretodo creo que es importante guardar silencio durante la época de bolos, es decir cuidarse bien la voz», indica la directora vocal. Por otra parte, la faceta profesional suele tener un mayor peso dentro de la vida personal del cantante. «Yo soy profesora de inglés dos días a la semana pero porque he querido, el resto del tiempo lo invierto en la orquesta».
La noche toledana
Históricamente, la zona de mayor influencia de las orquestas se concentra en Galicia, seguida de cerca por Asturias y Extremadura. Los pueblos de estas comunidades son especialmente conocidos por la cantidad de verbenas que realizan y la manera tan personal y la pasión con la que viven las noches de fiesta. La orquesta Panorama, El Combo Dominicano o la conocidísima París de Noía son los estandartes de las verbenas populares de este país, que cada año recorren miles de kilómetros para colmar de alegría y ritmo las plazas de los pueblos.
Toledo siempre ha sido una tierra prolífera para las orquestas. El público de la provincia es generalmente conocido por ser muy activo durante toda la sesión y por aguantar el ritmo hasta altas horas de la noche. «La fiesta es difícil de comparar porque el público siempre es muy diverso, pero la provincia de Toledo es una de las zonas en la que más nos gusta trabajar porque tiene un público muy fiestero pero sobre todo muy respetuoso», afirma Carlos Rozas, director artístico de la orquesta Vulkano.
A lo largo de todo el año, esta agrupación de origen salmantino tiene previsto actuar en 115 ocasiones por toda España, de las cuales 31 serán en localidades toledanas como Bargas, Cazalegas, Magán, Cobisa o Polán entre otras muchas. «Nosotros, debido al volumen de trabajo que manejamos, tenemos exclusividad con la orquesta, ya que todos aquí vivimos de esto», explica Carlos Rozas.
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